Alejandro Bermúdez

Con los pies en el suelo

Alejandro Bermúdez


¿Nos arrastraremos hasta la infamia?

19/05/2023

Si tuviéramos un criterio mínimamente riguroso Pedro Sánchez jamás hubiera llegado a la presidencia del gobierno ni a ningún cargo que requiera un mínimo de dignidad. Una persona que llega a doctor mediante el plagio y un tercero que se lo escribe; una persona al que le descubren las urnas llenas de votos en su propio partido antes de empezar la elección, nunca debió de alcanzar un cargo como el que ocupa.
Con los mimbres que lucía el personaje no es extraño que al llegar a la presidencia del gobierno diera rienda suelta a sus desmanes, y su labor de gobierno sea todo lo contrario de lo que había prometido en su programa electoral, sometiendo a su partido a la mayor indignidad que hemos conocido desde la instauración de la democracia. Porque nadie de su grupo ha osado, no ya levantar la voz, sino abandonar sus siglas. Es claro que el pesebre está por delante de la dignidad para los dirigentes del PSOE, tragándose cuantas aberraciones ha propuesto el dueño de los garbanzos. Seguramente, es que ya se ha encargado él de rodearse de personas perfectamente maleables y de otras muchas que no tienen a donde volver, simplemente porque vienen de la nada.
La pregunta ahora, es si todo un pueblo se dejará arrastrar por las truculentas maniobras de este verdadero sátrapa que no tiene límites para usar el poder del BOE en su exclusivo interés, usando los medios y fondos públicos como si fueran de su propiedad en su personal beneficio y lo que es aún peor, comprometiendo la dignidad del Estado mediante pactos con terroristas no arrepentidos y separatistas irredentos.
Estoy convencido de que la inmensa mayoría no se va a dejar arrastrar a la infamia por las promesas de quien jamás cumplió ninguna, que ponen de manifiesto la baja estofa del personaje. La respuesta se la darán el próximo día 28 si es que conservamos un mínimo de dignidad. ¿No es para sentirse ofendido que quiera comprar nuestro voto por una entrada de cine? ¿No es para poner el grito en el cielo cuando se usa a los más débiles para cambiar su voto por la promesa de una pensión? ¿No es para arrojarle a la cara el billete del Interrail con el que pretende sobornar a la juventud para cautivar su voto?
Lo que me pregunto es qué concepto tiene este hombre de los españoles. Quizá es que, como cada cual piensa que los demás son iguales a sí mismos, considera que nadie puede aguantar la tentación de unas migajas arrojadas como bellotas a los cerdos. Porque sus promesas tienen ese cariz insultante de quien se considera muy superior a los destinatarios de las ofertas. No se trata de un programa estructurado de ayudas que la sociedad necesite, son un conjunto descarado de intentos de comprar el voto de forma humillante para el destinatario.
Quizá, de todas las barbaridades cometidas en su mandato, ninguna tiene la gravedad de su coalición con BILDU. Nada tiene que ver que ya no existe el terrorismo, vencido por el conjunto de los españoles encabezados por sus cuerpos de seguridad, se trata de que sus componentes no se han arrepentido de sus acciones, y no solo eso, se consideran héroes por tales 'hazañas'. Los españoles no perdonarán esta traición, tiene manchas de sangre.