Fue en el año 2020, concretamente el 7 de enero. Celebrada con gritos de «¡Sí, se puede!», Pedro Sánchez protagonizó ese día la que hasta la fecha es la última sesión de investidura de la que ha sido testigo España. Esa jornada, el socialista logró la confianza del Congreso por primera vez en su carrera política, tras los intentos fallidos de marzo de 2016 y de julio de 2019. Lo consiguió muy por la mínima, por dos votos, 167 a 165, sacando así adelante el primer Gobierno de coalición de la Historia del país.
Tres años y casi nueve meses han pasado desde ese momento y esta semana será el candidato y líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, el que tratará de lograr el éxito. Ocurrirá en la decimosexta sesión de investidura que se celebra en la Cámara Baja en Democracia.
De todas ellas, solo tres fracasaron, las dos fallidas de Sánchez y otra protagonizada por el entonces presidente del PP Mariano Rajoy, en 2016. Si bien es cierto, todos los candidatos que pasaron por este trámite, antes o después, fueron finalmente jefes del Ejecutivo.
La primera de las investiduras, celebrada el 30 de marzo de 1979, fue la de Adolfo Suárez, que recibió 183 síes y 149 noes. Sus apoyos fueron UCD, Coordinación Democrática, el Partido Socialista Andaluz, el Partido Aragonés Regionalista y Unión del Pueblo Navarro.
La segunda tuvo lugar el 20 de febrero de 1981 tras la dimisión de Suárez y sirvió para investir presidente a Leopoldo Calvo-Sotelo. Fueron necesarias dos votaciones, ya que en la primera solo obtuvo 169 síes, los de UCD, Coalición Democrática y UPN. Tres días más tarde, el 23-F, iba a celebrarse la segunda, pero todo saltó por los aires tras el intento de golpe de Estado del general Tejero. Cuarenta y ocho horas después, Calvo-Sotelo sí logró aunar 186 votos al sumarse, entre otros, CiU.
El 1 de octubre de 1982, el socialista Felipe González fue elegido jefe del Ejecutivo en la tercera sesión de investidura de la Democracia, con el mayor apoyo que ha conquistado nunca ningún otro candidato. En total, fueron 207 síes, los del PSOE, el PCE, EE y CDS. Solo hizo falta una votación.
«El felipismo sigue muy vivo». Bajo esa máxima tuvo lugar, el 23 de julio de 1986, la cuarta investidura. El entonces presidente logró revalidar su mayoría absoluta a la primera, aunque con menos apoyos que la anterior. Fueron 184 votos a favor, todos del PSOE.
González volvió a ser protagonista de otra investidura en 1989, la quinta de la Democracia, en la que también lo logró a la primera. El líder socialista revalidó su tercer mandato el 4 de diciembre tras recibir el respaldo de 176 diputados: los del PSOE y el de Luis Mardones, de Agrupación de Independientes de Canarias. González seguía de presidente, sí, pero con un apoyo cada vez menguante.
Apoyo del nacionalismo
El 9 de julio de 1993, González revalidó su cuarto y último mandato en la sexta investidura. Consiguió 181 síes gracias al PNV y CiU, que sumaron sus apoyos al PSOE. Aquí comenzó la dependencia del nacionalismo vasco y catalán tan presente en la actualidad.
El felipismo terminó el 4 de mayo de 1996, fecha en la que José María Aznar fue investido presidente gracias a CiU y al PNV, que le hicieron sumar 181 votos, los mismos que tuvo el PSOE en la anterior legislatura. Los jeltzales, de nuevo, volvieron a dar el sí quiero. Fueron las dos únicas veces que lo hicieron. Ésta, en la séptima sesión de investidura, y en la de 1993.
Cuatro años después, el PP ganó las elecciones con mayoría absoluta en el 2000, aunque el 26 de abril el popular también sumó, además de los de su partido, los votos de CiU y Coalición Canaria para aunar el segundo mayor respaldo en la Democracia: 202 síes.
Las tornas cambiaron en 2004. Tras vencer en las generales de forma inesperada por el shock de los atentados yihadistas del 11 de marzo, José Luis Rodríguez Zapatero fue investido el 16 de abril con 183 votos a favor: PSOE, ERC, IU, CC, BNG y CHA. En esa novena sesión, además, se abstuvieron CiU, PNV, EA y Nafarroa Bai. Fue la primera vez que solo se opuso un partido en la Historia moderna, el PP, que obtuvo 148 escaños.
El 11 de abril de 2008, Zapatero revalidó su mandato por segunda vez, pero lo hizo solo con el apoyo de su partido. Tuvo que recurrir a la segunda votación de la décima investidura, en la que únicamente requería una mayoría simple. Obtuvo 169 apoyos, lejos de los 176.
Tres años más tarde, en 2011, en unos comicios marcados por la grave crisis económica por la que atravesaba España, el PP logró una victoria abrumadora que permitió a Mariano Rajoy ser investido presidente con mayoría absoluta al sumar 187 síes. Además del apoyo de su partido, también recibió el de UPN y Foro Asturias.
El 30 de octubre de 2016, Rajoy logró repetir su mandato tras estar un año en funciones y tener que repetir elecciones. En la segunda votación de la decimosegunda investidura, el PP aunó 170 votos, los suficientes para albergar la mayoría simple que le permitía seguir en el Gobierno. Lo hizo gracias al apoyo de Ciudadanos, CC y la abstención del PSOE, que lo hizo «por responsabilidad». La misma que los socialistas exigieron sin éxito a los populares en 2020 para no depender de ERC.