Tiempo habrá para hablar de la carga de profundidad contra el sistema democrático, que so pretexto de poner un muro defensivo, según la versión Sánchez lo que hace es dinamitarlo. Que sean los adalides defensores los bilduetarras, los separatistas y el prófugo es algo tan obsceno como los enfebrecidos aplausos de sus huestes. Es algo que repugna a la razón, aunque con ello deliren de gozo quienes se sienten vencedores. Como resulta una infamia, la peor que escuche en el debate, el equiparar la amnistía a golpistas y ladrones que conculcaron las leyes y constitución democráticas con quienes lucharon por ella y sufrieron cárceles y quebrantos durante la dictadura. Eso es ya más que una mentira, es orinarse en la memoria de quienes lo sufrieron.
Pero ya digo, pasados los clamores habrá que volver sobre ello y ese será el asunto esencial y dramático con el que vamos a convivir durante los años venideros. España se va a jugar su propio ser y los españoles sus derechos soberanos como pueblo y su igualdad como ciudadanos.
Escribo para los lectores de Castilla-La Mancha y por eso quiero referirme a nuestra situación concreta. En particular la de nuestro presidente Emiliano García-Page.
He hecho esfuerzos estas semanas pasadas de comprensión y de ponerme en su pellejo. Desde luego lo tiene difícil y complicado. Eso no se lo niega nadie. Pero lo que ya no le vale son los juegos malabares ni los florales. No sé si se ha dado cuenta de que llegado cierto momento si no hay hecho sobran las palabras y en palabras lleva demasiado tiempo y hecho no hay ninguno que pueda poner sobre la mesa. Es más, y hasta puede ser peor para el incluso. Cada pellizquito, frasecilla o recadito no es ya que no cuele, sino que se empezará a volver contra él y cada vez con más fuerza.
Esta ya es otra pantalla y aquí ya se acabó la milonga.
Que parece no haber salida. Es cierto. Pero o la encuentra o le acogotan. Porque debe saber que eso es lo que ya han comenzado a preparar desde Moncloa. Y Pedro Sánchez carece de todo escrúpulo y lo mismo que nos vende a todos es capaz de comprar a quien le haga falta. Está ya en ello. Y ante ello, no cabe por el otro lado andarse con remilgo. La cabeza van a cortársela. Así que él sabrá si da el paso o se queda como siempre amagando.