Jorge Jaramillo

Mi media Fanega

Jorge Jaramillo


Pedagogía inversa

04/09/2023

La adversa climatología de estos años sigue poniendo a prueba la resistencia de nuestro campo, incluso, la fortaleza de las últimas innovaciones en semillas y variedades de cultivos, aparentemente más  preparadas para largos períodos secos, olas de calor, heladas agresivas o en otro ámbito, plagas, enfermedades y otras infecciones víricas que se hacen fuertes a los tratamientos.
Pese al negacionismo, el escenario es tan preocupante como evidente, lo que explica que en muchas ocasiones pese más la desorientación del sector al no saber cómo gestionar cada crisis, y poder redirigir los manejos para sortear las graves pérdidas que se acumulan en la cuenta de resultado de productores, ganaderos y de un amplio tejido empresarial.
La Federación de Industrias Alimentarias y de Bebidas, (FIAB), ha manifestado estos días su desasosiego ante el Cambio Climático por venir sufriendo tantos efectos que, a día de hoy, parecen irreversibles. Y no solo porque falten materias primas por las malas cosechas, o porque esas mermas encarezcan sus procesos de manufacturado o de fabricación. Sino porque la limitación de un recurso tan elemental como el agua es ya una seria amenaza para toda la cadena. Han solicitado por eso a las administraciones que tengan en cuenta su prioridad frente a otros usos.
Asimismo, la proliferación de nuevas enfermedades animales o nuevos virus o plagas tiene también mucho que ver con esta cuestión, más allá de otros factores directamente relacionados con la movilidad, la importación y el trasiego de animales que igualmente explican la expansión de esos cuadros infecciosos.
Por ejemplo, ahora lo vemos con la novedosa Hemorrágica Epizoótica (EHE) que trae de cabeza a los ganaderos de vacuno por lo desconocido. Hasta noviembre, nadie sabía de ella en ningún rincón del territorio nacional, pero la realidad es que desde entonces se ha propagado por gran parte de las regiones españolas gracias a un mosquito vector que, ayudado por las condiciones climáticas, tiene mucho más margen de circulación.
Ocurre lo mismo con la lengua azul que ha obligado a extremar medidas en varias provincias de la región y a articular una vacuna para la práctica totalidad de la comunidad. En el caso de la viruela, los contagios se descontrolaron más por contacto directo, aunque se estudian también algunos factores climáticos. Pero en el caso de la gripe aviar, hay serias sospechas de que se haya desestacionalizado por la prolongación y alteración de los pasos migratorios, lo que ha obligado a la Unión Europea a ponerse muy en guardia para diseñar nuevos protocolos de vigilancia y erradicación.
Con todo, ¿por qué negar más la evidencia? Los propios seguros agrarios son la prueba que certifica mes a mes el golpe que el Cambio Climático sigue dando cada campaña agrícola mientras no se tomen medidas y quizás conciencia de todos. Especialmente de las administraciones a la hora de dibujar la hoja de ruta. Porque no debe olvidar que el productor ya tiene fiscalizados gran parte de los procesos y paga más por todo ello. Por lo que debe protegerle con presupuesto que incentive una mayor investigación agroalimentaria como parece quiere regular Europa con las nuevas técnicas genómicas. Pero posiblemente también haciendo pedagogía inversa, desde los despachos, para compensar los sacrificios que correspondan para que la actividad siga siendo rentable.