El bolsillo no se rebaja

Galán
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El comercio local augura una campaña de rebajas «floja» y muy alejada de las imágenes de hace años en las que se agolpaban los clientes. El primer día deja calles vacías y miradas en los escaparates que no se traducen en compras

Los comerciantes auguran una temporada de rebajas "muy floja". - Foto: Yolanda Lancha

Durante años no sólo los ciudadanos de Toledo, sino de todo el país y de gran parte del mundo, han vivido las épocas de rebajas como fechas en las que había que aprovechar para comprar los productos deseados a precios más bajos. Sin embargo, la percepción actual parece haber cambiado. El concepto de esta etapa del año en los comercios sigue siendo el mismo, pero ha cambiado su calado en la sociedad. Lo que antes era una oportunidad única, ahora es un descuento más.

Esa es la tónica general entre los comerciantes, que vuelven a experimentar una temporada de rebajas que se presenta con pocos alicientes económicos para el sector. Las causas de esta situación parecen claras para los principales afectados y pasan por el auge del comercio online en internet, que otorga demasiadas facilidades a los consumidores con un sólo click, renunciando al comercio de toda la vida y, en segundo lugar, las continuas promociones que se ofrecen a lo largo del año -como puede ser el caso del Black Friday- y que hacen mirar con otros ojos estos períodos de rebajas post Navidad.

Por poner en contexto, Juan Carlos Bevia regenta la zapatería que lleva como nombre su apellido en el barrio de Santa Teresa y este informa de que el primer día de rebajas se ha vivido tal y como se esperaba, «con calles vacías y un goteo de clientes similar al del resto de días del año». A su juicio, esto es la consecuencia de apostar por el modelo «global» o «anglosajón», por el hecho de adoptar costumbres de otros países en cuanto a promociones que alejan al consumidor del comercio de proximidad. Plantea además que es un reflejo que se plasma en otros sectores de la sociedad, que lo fía todo a las tecnologías y renuncia a la convivencia, lo que para él acabará con la sostenibilidad de su negocio y los cercanos. De hecho, plantea que si en el barrio hay un total de 300 establecimientos a dos o tres empleados por local «cada vez será más difícil pagarlos con la dinámica actual».

Los comerciantes auguran una temporada de rebajas Los comerciantes auguran una temporada de rebajas "muy floja". - Foto: Yolanda LanchaVictoría García, como responsable de la tienda 'Alessandra & Co', no se muestra muy optimista con la campaña que acaba de comenzar. Más allá de las causas mencionadas anteriormente, Victoria García expone que «la gente no acude a comprar porque la vida está muy cara», además alude que sus productos no son de primera necesidad, lo que hace que no obtenga unos ingresos potencialmente elevados en este tipo de campañas. De hecho, la responsable augura una temporada «que pinta aún más floja de lo que ya fue la del pasado año». Pese a ello, Victoria García no se muestra preocupada porque afirma que su clientela es muy estable y que suele vender a lo largo de todo el año.

Antonio Fernández, por su parte, regenta Toledeport, una tienda de deportes, y aunque diferencia también las rebajas de antaño con las actuales él sí que ve una campaña con cierta estabilidad. Reconoce que «no serán ventas voluminosas», pero está convencido de que cumplirá las expectativas, al menos, en cuento a la retirada del stock de la temporada anterior.

Y como todo en la vida hay quién tiene mejores sensaciones. Ascensión Gómez, de Almacenes León,  espera buenas rebajas «porque la climatología del invierno ha hecho que vendamos menos y ahora tenemos mucho stock que ofrecer». Pese a ello, Ascensión reconoce que ya no viven las colas de espera en la puerta los 7 de enero, pero ennumera posibles causas como el aumento de la oferta comercial en la ciudad, que «se ha triplicado pese a tener la misma población» o la marcha del Hospital Virgen de la Salud, «que traía mucho tránsito de clientes». 

Por unas causas o por otras, las rebajas ahora se consumen de otra manera. El bolsillo está rascado y el pequeño comercio lo sufre año tras año.