Pablo Picasso continúa siendo una temporada más el protagonista indiscutible de las exposiciones que llegan a los museos y con las que se seguirá homenajeando este otoño al artista en el 50 aniversario de su fallecimiento, muestras que se unen a otras propuestas como las dedicadas a Antonio López, Sorolla o a la cara b de los cuadros.

Los museos abordarán en los próximos meses al genio malagueño desde variadas perspectivas: la originalidad con la que se acercó al mundo clásico y a la tradición judeocristiana, su primera aportación a la definición del arte moderno, su relación con otros artistas coetáneos y, en concreto, con Joan Miró, su obra escultórica o, incluso, los dibujos de su infancia.

Picasso. Lo sagrado y lo profano podrá verse en el museo Thyssen de Madrid desde el próximo 4 de octubre, una exposición en la que se estudia cómo el artista miró al arte del pasado y desveló nuevos modos de interpretar la Historia.

Un otoño Picassiano Asimila así la tradición del retrato y de la imaginería religiosa para transformarla en todo un repertorio de personajes, al tiempo que acerca al espectador a asuntos tan íntimos y domésticos como los bodegones, mostrándose en unos casos ora traumático, ora existencial y en otros ora vitalista ora esperanzador.

Las pinturas de Picasso pertenecientes al Thyssen y las procedentes de varios préstamos se relacionarán con obras de El Greco, Rubens, Zurbarán, Van der Hamen, Delacroix, Pedro de Mena o Goya.

El museo Reina Sofía de Madrid albergará a mediados de noviembre la exposición Picasso 1906. La gran transformación, una mirada a la primera aportación del artista a la definición del arte moderno.

Un otoño Picassiano Hasta ahora, la producción de Picasso en 1906 había sido entendida como un epílogo del período rosa o bien como un prólogo a Las señoritas de Aviñón, pero, explica el Reina Sofía, que en ese tiempo, cuando el autor solo contaba con 25 años, Picasso ya era el gran Picasso, un artista maduro en sus criterios artísticos.

Picasso se aproxima en esta muestra a la representación de la adolescencia idílica como símbolo de un nuevo comienzo y personifica a la juventud como sinónimo de emancipación humana.

Málaga, su ciudad natal, no quiere quedarse atrás y programa en el Museo Picasso El eco de Picasso desde el 3 de octubre, un conjunto de obras de más de 50 artistas en diálogo con el creador malagueño, entre ellos Willem de Kooning, Jean-Michel Basquiat, Louise Bourgeois o Jeff Koons.

Un otoño Picassiano - Foto: Fundación Joan Miró y el Museo Picasso de BarcelonA su vez, el Museo de Málaga organiza hasta finales de diciembre la muestra La presencia de Picasso con un centenar de obras gráficas y bibliográficas, muchas procedentes del Legado Sabartés, la donación realizada por el secretario personal del artista y que incluyen dos obras infantiles de Picasso o 64 litografias.

Dos monstruos

También Barcelona honrará al genio. Será con la exposición Miró-Picasso, que ocupará de manera simultánea el Museo Picasso y la Fundación Joan Miró desde octubre coincidiendo con el 50 aniversario de la muerte del pintor malagueño y el 40 del artista barcelonés.

Más de 250 piezas de ambos artistas tanto de los dos museos como de colecciones privadas de todo el mundo evocarán la amistad que mantuvieron a lo largo de sus vidas.

Desde el encuentro en 1917 en Barcelona hasta los últimos proyectos monumentales, pasando por el episodio del Pabellón de la República Española en París en 1937 o el interés por la técnica ancestral de la cerámica, el visitante descubrirá también como estos dos artistas y amigos compartieron muchos momentos trascendentes de sus carreras.

En su faceta de escultor, que trabajó desde sus inicios artísticos, ahondará el Guggenheim de Bilbao  en la exposición Picasso. Materia y cuerpo (desde el 29 de septiembre) y que abarcará la pluralidad de estilos que utilizó para representar las formas del cuerpo humano.