Las reservas crecen un 24% con tres meses del trasvase cerrado

L.G.E.
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Desde octubre no circula agua por el canal por labores de mantenimiento, pero quedan 58 hectómetros cúbicos pendientes de enviar

Imagen de archivo de la presa de Entrepeñas - Foto: Javier Pozo

El 1 de octubre empezó el año hidrológico y a partir de esa fecha no se puede mandar por el trasvase ni una gota de agua aprobada para el año hidrológico anterior. Así que durante el verano se suele trasvasar a todo gas y en octubre se aprovecha para cerrar el trasvase y hacer obras de mantenimiento. Este cierre temporal muestra a las claras lo que podrían subir las reservas de los embalses de cabecera si llueve, como ha hecho este otoño, y además se corta el grifo del Tajo-Segura. En solo un trimestre el agua acumulada en Entrepeñas y Buendía ha crecido un 24 por ciento.

El 1 de octubre de 2023 los embalses de la cabecera del Tajo tenían 487 hectómetros cúbicos. Estaban en situación hidrológica excepcional o nivel 3, con solo 87 hectómetros cúbicos por encima de la raya no trasvasable, que está en los 400. Tres meses después el agua acumulada ha subido hasta los 604,93 hectómetros cúbicos, según los datos que registraba ayer el SAIH, el Servicio Automatizado de Información Hidrológica del Tajo. Hay 117,93 hectómetros cúbicos más que a comienzos de año hidrológico. 

Con ese volumen los embalses de Entrepeñas y Buendía ya habrían salido de situación hidrológica excepcional y habrían subido a nivel 2, que está fijado en los 602 hectómetros cúbicos en enero. Ahora bien, no deja de ser un espejismo, pues hay que descontar toda el agua de los trasvases aprobados en octubre, noviembre y diciembre. No se han enviado todavía, pero están pendientes de trasvasar. Es decir, hay que restar 58 hectómetros cúbicos que ahora están en los embalses, pero que se acabarán mandando al Levante cuando terminen las labores de mantenimiento y el acueducto reabra.