No cabe duda que la reconversión que ha experimentado el PP ha sido una obra maestra: sin estrépito, sin forzar su legalidad interna, es decir, sus estatutos y consagrando el relevo, la nueva dirección, en presencia de la saliente. Salvando la distancia, las formas han recordado aquella Ley que permitió hacer de España un país democrático desde la propia legalidad del régimen.

Que haya habido en la dirección del partido personas con la categoría humana necesaria para llevar a cabo esta transición que han protagonizado, garantiza que el nuevo rumbo que ha emprendido tiene en su proa el puerto de destino, que no es otro que constituirse en alternativa solvente al gobierno. Esta es la base del propio sistema democrático.
Obviamente, aunque dentro de las filas del PP ha habido un numeroso grupo de muñidores, ninguna orquesta alcanza la excelencia sin un director que acompase a sus maestros. En este caso está claro quién ha sido el director de orquesta.
No cabe duda de que Alberto Núñez Feijóo tiene mimbres de presidente, no solo del PP, que ya lo es, sino de  una organización mucho más compleja: España. Su actuación en el caso de Castilla y León ha demostrado su temple, demostrando que se puede combinar el cumplimiento del deber que el cargo impone con la jugada política que desconcierta a los adversarios. Ha cumplido con su obligación haciendo posible la gobernanza de la Comunidad. El PSOE dejó claro que no tenía la grandeza de permitir que gobernara el PP en solitario. Muerto y 'reenterrado' Franco, necesitaba seguir con la única canción política que conocen y no podía resistirse a hacer coincidir al PP y a VOX en un gobierno para tildar al PP de facha, única muletilla que conoce.

El PP, Feijóo, ha permitido que Castilla y León tenga gobierno, pero no ha permitido que el PSOE ruede la película, cuyo guión ya tenía escrito. Resulta que el actor principal de esa película no se ha presentado al rodaje… En lugar de  hacer portada con la foto de Abascal y Feijóo dándose la mano, se han encontrado con una propuesta del PP para bajar los impuestos en España y además bajarlos a las rentas más bajas, recibiendo el apoyo para  esta medida de la patronal.

Este 'recorte' hecho por Feijóo en el mismo punto de penalti ha dejado sentado a Pedro Sánchez. Feijóo ha respondido a las críticas y exabruptos de los socialistas de Sánchez con propuestas constructivas. Para más inri, Feijóo ha presidido con éxito una comunidad autónoma, demostrando la perfecta compatibilidad entre lo particular de una región, incluido su idioma propio y la universalidad de una nación, con una Historia y una lengua que han tenido y tienen influencia decisiva en todo el Mundo.

Es obvio que estas formas y estos contenidos están calando en la sociedad y ello hará que poco a poco se traduzca en el apoyo de más electores. Porque, además, la sociedad necesita un cambio de rumbo para evitar la radicalización que Pedro Sánchez ha fomentado con acuerdos con grupos verdaderamente radicales. Por mucho que se empeñe en hacer comparaciones, son sus socios los que han protagonizado hechos de verdadera sublevación contra el Estado, eso cuando no son defensores del mismo terrorismo. Ha fracasado en la gestión económica y de la pandemia y… algún día habrá elecciones…