Ana Nodal de Arce

Me la juego

Ana Nodal de Arce


La ilusión de la vida

04/06/2020

Esta prolongada cuarentena que, por razones sanitarias no digo yo qué no, nos ha obligado a renunciar a nuestros seres queridos, a nuestros proyectos y a libertades individuales básicas, nos ha llenado de contradicciones. Es evidente que no somos los mismos, hemos aprendido, aunque sea a base de palos y decepciones, que los cimientos en los que se basaban parte de nuestros valores no eran tan sólidos como imaginábamos y que podemos vivir solos o relacionándonos con pocas personas, mientras otras, que considerábamos imprescindibles, ahora sobran.
A la par, el escenario político se ha vuelto irrespirable. El odio, la crispación, no auguran nada bueno y el gobierno se resquebraja solito, con acusaciones sibilinas de golpismo, destituciones de guardias civiles basadas en argumentos falsos o ministras frívolas que no son conscientes de que se avecina una inmensa tragedia. Sí, cierren la puerta al salir todos ustedes.
En la calle, sigue una desescalada también contradictoria, con hosteleros, comerciantes y empresarios empeñados en reabrir sus negocios, según las medidas establecidas en el estado de alarma, mientras algunos ciudadanos interpretan un papel de policías, calificando de irresponsables y, cómo no, de fachas, a aquellos que tienen a bien salir a la calle, aunque esté permitido. Eso sí, no sé si estos censores siguen confinados o aprovechan también el alivio merecido después de tanto dolor. Allá ellos, que quedarse en casa siempre será una opción, sobre todo para aquellos que continúan cobrando su sueldo completo.
Luego está la administración, donde las cosas van despacio. Da igual la fase que sea, pero no se abren centros que deberían estar a disposición del público desde el 18 de mayo, como la Biblioteca de Castilla-La Mancha, ni se da la opción a los mayores de ver a sus familiares en las residencias, medida contemplada en la fase 2, en Toledo desde el 1 de junio. Otro tropiezo más en el camino emprendido por Page y su gobierno desde que comenzó este terrible periodo, que ha culminado con una celebración del Día de Castilla-La Mancha en la que solo ha habido representantes políticos socialistas. Así no.
Éste es el clima que observo, nada positivo, nada aleccionador, con  gestos vanos, en el que echo en falta tolerancia, respeto y empatía, más que nada porque los que realmente han sufrido esta pandemia son las miles de víctimas que murieron en absoluta soledad y sus familias arrasadas por ese duelo que no han podido elaborar. Así pues, permitan a los que no estamos en esos extremos ideológicos, a los que queremos que nuestro país salga adelante, a los que necesitamos recobrar nuestra libertad, que, al menos, podamos planear nuestros próximos abrazos, nuestras ansiadas vacaciones, con esa ilusión que hace que la vida tenga sentido.