Alejandro Bermúdez

Con los pies en el suelo

Alejandro Bermúdez


Europa se queda atrás

24/09/2021

Desgraciadamente Europa cada vez tiene menos relevancia en el contexto internacional. No soy experto en política internacional (ni nacional) pero solo hay que tener ojos en la cara para darse cuenta de ello. Ejemplos los hay cada día. La última evidencia ha sido el tratado de Estados Unidos con la Gran Bretaña y Australia que ha dejado a Francia compuesta y sin vender nada menos que doce submarinos que tenía convenidos con Australia.
Es una más. Gran Bretaña no hubiera abandonado la Comunidad Europea si la Comunidad hubiera sido un bloque unido y compacto, pero como no lo es, los ingleses saben que realmente no se les va a cerrar ninguna puerta, porque cada uno de los países que componen la Unión tiene intereses particulares que harán que la respuesta a la huida no sea significativa.
Esta desunión ha llevado a que una multinacional dejara de servir vacunas a Europa para servirlas a los ingleses. ¿Cómo puede ser que cuatrocientos millones de personas que puede haber en la Unión Europea tenga menos relevancia que los ochenta de la Gran Bretaña? Pues es bien sencillo: la endeblez que siempre muestra Europa para defender sus intereses frente a la contundencia con que lo hacen los ingleses. ¿Se acuerdan de las Malvinas?
Los europeos tenemos una comodísima forma de vivir. No estamos dispuestos al mínimo sacrificio por defender nuestro propio bienestar y eso acabará por pasarnos una factura que no vamos a poder pagar. Hasta Rusia, que ya no es la gran potencia que era cuando pertenecía a la Unión Soviética, se permite ponernos el pié en el cuello cerrándonos el grifo del gas ahora que llega el otoño y su consumo es más necesario. Lo curioso es que Europa consume casi el setenta por ciento del petróleo y gas que produce y sin embargo, en lugar de tratarnos como a un cliente preferente nos trata como si fuera nuestro secuestrador. Pero Putin duerme tranquilo, sabe que Europa lo único que hará es subirle el precio que le paga por el producto.
Es increíble que el continente que fue luz del mundo en todos los órdenes: militar, económico y cultural, no haya sido capaz de mirar un poquito más alto para ver dónde están sus verdaderos intereses y como se defienden. Hemos traicionado la universalidad que nos caracterizaba y nos hemos llenado de complejos, de timidez y de miedo consintiendo que nos conviertan en acusados aquellos a los que enseñamos a salir de la misma barbarie.
Hace pocos días, ese iluminado que es el presidente de Méjico, el señor López Obrador, reivindicaba la cultura prehispánica frente a la hispánica, cuando antes de poner el pie los españoles en el país su cultura era ‘tan avanzada que aún se practicaban sacrificios humanos, que España prohibió inmediatamente… y nos tragamos esa píldora y aceptamos que nos traten de genocidas sin rechistar. Es solo otro ejemplo de cómo nos defendemos los europeos.
Sin embargo sí ponemos un ardor digno de mejores causas en atomizar Europa, favoreciendo el surgimiento de estados de ‘poco más de una hectárea’ que nos hará cada vez más débiles. Es viejo lo de divide y vencerás, cada vez nos será más difícil  plantar cara a los grandes problemas de un mundo global. Acabaremos siendo el camarón que se duerme y terminaremos en la absoluta insignificancia.