Alejandro Bermúdez

Con los pies en el suelo

Alejandro Bermúdez


¡Mamá, que Juanito no me deja montar en el borrico!

16/07/2021

La verdad es que viendo las personas que acudieron a la manifestación exigiendo el soterramiento de AVE a su paso por Talavera, te animas a creer en el género humano, más que nada por la inocencia que ello supone.
Algunos pensarán que eran muy pocos, porque trescientos, quinientos o incluso mil, serían muy pocos para una exigencia de algo que es vital en Talavera de la Reina como es que el AVE no cree un muro que nos divida, como si de una trinchera bélica se tratara. Sin embargo, si tenemos en cuenta que hacían alusión a un convenio suscrito entre el Ministerio de Fomento, o como se llamara entonces, el gobierno regional y el Ayuntamiento talaverano, nada menos que en 2007, que estamos en pleno julio y que el día de la convocatoria era domingo, demuestra que todavía existen personas con una fe digna de todos los elogios.
Porque lo más grande es que el AVE ni viene ni se le espera por el momento y las noticias que de vez en cuando salen sobre el particular no son más que una forma de dar carrete al personal de buena fe, que, como vemos, no es poco para suerte de la humanidad.
Pero viendo el empeño que se pone en la defensa del soterramiento del esperado AVE, me viene el recuerdo un cuento que contaban para explicar la inocencia que supone creer presentar lo que ni siquiera es futuro, o al menos no lo es inmediato. Parece que una familia de un pueblo estaba echando cuentas de lo que podrían hacer si pudieran comprar un burro: podrían llevar a la madre al río a lavar la ropa, acarrearían agua en abundancia y casi sin trabajo, podrían ir al monte a por leña para librarse de los fríos de las casas sin calefacción ni puertas en las habitaciones, etc. Lo imaginaban todo hasta llegar a creer que ya eran dueños del deseado ‘platero’, de tal forma que los hijos mayores iban y venían con el burro y no quedaba nunca tiempo para el menor de los hermanos. A tal extremo llegó la avaricia de los mayores y la angustia del pequeño que este, lloriqueando, dijo a su madre: «mamá que Juanito no me deja montar en el borrico».
Pues esto nos está pasando con el soterramiento del AVE a su paso por Talavera, nos manifestamos para que no lo construyan en superficie cuando la realidad es que ni lo construyen soterrado ni en superficie. Simplemente es que, catorce años después del convenio, que lo traería soterrado, no se ha movido un gramo de tierra.
Está claro que algún día vendrá y ese día pondrán de vuelta y media a los descreídos que pensaban que no llegaría nunca, como si la fecha de la llegada no fuera importante, como si cada día que pasa sin contar con este medio, no significara un montón de oportunidades perdidas. Está claro que vendrá, pero cuando llegue el AVE a Talavera, en otras ciudades tendrán ya aeropuerto y así se seguirá manteniendo la historia de la marginación.
Por supuesto que apoyo y admiro a quienes el pasado domingo se manifestaron por el soterramiento del AVE, por desgracia aún ni ese problema tenemos. Es todavía una ilusión lejana, …como el burro de Juanito.