Alejandro Bermúdez

Con los pies en el suelo

Alejandro Bermúdez


Una guinda sin pastel

04/08/2019

No lo vamos a hacer ascos, por supuesto que no, pero el impacto en nuestra economía será nulo o muy parecido. Me refiero a la programada Ferida de Comercio Internacional IMEX 2019, que se ha programado para los días 30 y 31 de octubre próximo en nuestra ciudad.
Esto es una guinda, decorativa, vistosa,  pero carece de lo principal que es un pastel sobre el que lucir. Y es que de momento ni hay pastel ni se le vislumbra, aún por muy lejos que extendamos la vista. Porque, para el desarrollo económico, el pastel son las infraestructuras, sin la  que cualquier intento de desarrollo resulta baldío.
 Sería repetir una vez más lo que los talaveranos hemos pedido tantas veces: infraestructuras, es decir, terrenos bien dotados de servicios y disponibles, buenas comunicaciones de todo tipo, tanto para evacuar y hacer llegar tanto las mercancías como las ideas y, mano de obra cualificada. Esta última no es difícil de importar porque al fin y al cabo se trata de personas que son fácilmente atraíbles. Pero las dos primeras, es decir las infraestructuras de transporte y los terrenos con dotación, no se improvisan.
Por el momento, todo lo que sabemos de la comunicación ferroviaria es que nos van a traer ‘nuevos-viejos’ trenes que circularán por las mismas vías y lo harán sin temor a electrocutarse, ya que carecen de electrificación, por lo que necesariamente tendrán que seguir siendo de gasoil, salvo que volvamos al carbón. Obviamente este no es el ferrocarril que necesita un territorio que quiera desarrollarse en economía.
Nuevamente se quiere evitar la queja de los talaveranos proponiéndonos una actitud positiva: ‘Talavera en positivo’ lo llaman. Esto no deja de ser una monserga estúpida para ver si callamos de una vez o contamos al mundo las maravillas de las que carecemos. Los talaveranos, como cualquier pueblo que se ha dedicado principalmente al comercio, saben vender su producto. Pero para venderlo, necesitan que exista ese producto. A nadie y menos a un comerciante se le ocurriría tratar de vender  yuntas de bueyes como elemento de vanguardia para la agricultura, ni lavadoras de turbina como la máquina que modernizará el hogar. Los talaveranos son buenos vendedores pero no ilusos y esto es realmente lo que se nos pide, que cerremos lo ajos y prediquemos la maravilla que son los coches de gasógeno en la era de los eléctricos.
Bienvenida sea la feria del negocio, cuando menos no perderemos gran cosa, salvo que se publicitaran nuestras importantes carencias, que no es poco, pero puede quedar compensado por la posibilidad de dar a conocer nuestra ubicación entre el mercado madrileño y el portugués. Pero si no nos tomamos en serio las imprescindibles dotaciones, de nada servirá que pongamos una sonrisa ‘de oreja a oreja’, porque, solo con la sonrisa, este estúpido ‘buen rollo’ que se empeñan en vender, nos hará aparecer como ilusos y no como optimistas.
Llevamos poco tiempo de mandato municipal y regional. Todavía  no se pueden pedir que las soluciones lleguen con la rapidez de la ‘purga de Benito’, pero no estaría mal poner orden en la acción,  si de verdad se quiere que Talavera remonte los rápidos que tiene en contra, y volvamos conseguir un nivel de empleo soportable. De momento parece que hemos puesto el carro delante de los bueyes y así no rueda.