Ana Nodal de Arce

Me la juego

Ana Nodal de Arce


El Tajo por bandera

20/05/2021

El Tajo ha sido objeto de insólitas promesas en periodos cercanos a las elecciones. Yo he llegado a escuchar a un candidato a la Alcaldía de Toledo predecir que iba a ser navegable, con aguas salpicadas de piraguas y de ‘bateaux mouches’, esos barcos restaurantes que surcan plácidamente las aguas del Sena, en París. Otros han anunciado que nuestro río volvería a ser apto para el baño, que retornarían los tiempos de gloria de ese Tajo salvaje en el que muchos toledanos aprendieron a nadar en medio de aguas turbulentas. Ahora bien, ninguno de aquellos políticos, como tampoco los de ahora, han conseguido siquiera mantener limpio nuestro río. Ni han luchado contra los gobiernos centrales ávidos por esquilmar ese caudal que ha regado con generosidad los cultivos de Levante mientras nuestra tierra moría y el Tajo, antaño poderoso, quedaba reducido a una sucia cloaca que abraza Toledo con pereza y sumisión.
Nuestros gobernantes actuales, Page, en la Junta, y Tolón, en el Ayuntamiento, no constituyen sino un ejemplo más de un discurso poco creíble, hueco y demagógico frente al expolio de un río que continuamente es maltratado por su propio partido. El presidente de la Junta bien podría haber enarbolado, con su mayoría absoluta en el 2019, la bandera de la defensa del Tajo contra ese Ejecutivo trasvasista que preside Sánchez. Page, porque no es amigo, y Tolón, porque es íntima, lo cierto es que ninguno se ha atrevido a ponerse firme ante una injusticia que dura demasiados años, alentada por los levantinos que sí han sabido hacerse fuertes ante los sucesivos gobiernos de los dos grandes partidos. Algo ha quedado claro: el escaso peso político de Castilla-La Mancha frente a los intereses económicos de Valencia y Murcia. Pero los ciudadanos no debemos resignarnos.
Cuando leí la indignación de los vecinos por el traslado de los patos del Polígono a las orillas del Tajo, me llamó la atención que esa movilización no se haya producido, sin embargo, por los continuos golpes a nuestro río, con trasvases a Levante o la amenaza de la Tubería Manchega, otro robo que debe ser denunciado. A esto se suma la falta de depuración de las aguas que se vierten en el antaño magnífico Tajo, no solo desde Madrid, sino procedentes de la propia Toledo, cuyo Ayuntamiento ha pagado varias multas por ensuciar ese caudal que debería defender como una joya.
Un informe de la Comisión Europea alertaba, en 2016, de que el trasvase Tajo-Segura incumplía la directiva europea sobre el agua. ¿Y qué ha pasado desde entonces? Nada, que los pueblos de la cabecera del Tajo languidecen mientras se resisten a morir y que habrá un nuevo caudal hidrológico, porque no queda otra, mientras la propia ministra Rivero afirma que el trasvase no se toca.
En Toledo nada se soluciona, los males se repiten, la desidia se extiende entre unos políticos que no dan más de sí, no sé si por pereza o por incapacidad. Un crecimiento sostenible de la ciudad pasa por el mimo de sus espacios naturales, por la recuperación de su río y de su caudal, por la limpieza de sus aguas. Si no lo consiguen, si no luchan por ello, incluso montando una manifestación a las puertas de la Moncloa, con mascarillas y distancia de seguridad, ni Page ni Tolón merecen seguir representando los intereses de esta tierra. Que los toledanos y los castellano-manchegos se lo demanden.