Alejandro Bermúdez

Con los pies en el suelo

Alejandro Bermúdez


La gran mentira

30/08/2020

Uno de estos días de atrás, viendo uno de los informativos televisivos, he sentido vergüenza, rabia e impotencia. Se veía el mapa de toda Europa. Hablaba de los países en que, según la Organización Mundial de la Salud, la pandemia iba en descenso y aquéllos en los que ascendía, Los países en los que disminuía, estaban en azul, mientras que aquellos en los que aumentaba, estaban en rojo. Realmente para estos últimos, sobra el plural, solo había uno: España. Único que aparecía en rojo.
Realmente yo nunca me creí eso de que España tenía la mejor Sanidad ni la mejor nada. Siempre me ha parecido bastante con ser uno de los países desarrollados y tener unos servicios normales, acordes con nuestra economía. Lo que no esperaba de ninguna de las maneras es que fuéramos el vagón de cola.
Los datos, estos datos y otros que inciden en la misma deshonrosa posición de España, desde el punto de vista sanitario, son los que nos permiten juzgar las bondades o deficiencias de España, y no las soflamas sin contradicción con que nos castiga nuestro gobierno.
Estos datos, junto con la destrucción de riqueza, en la que también somos cabeza, ponen de manifiesto la ‘gloria’ de nuestro sistema autonómico y de nuestro gobierno social-bolivar-comunista. ¿O es que el virus se ha conjurado contra España, como los futbolistas se conjuran para darlo todo… y ser eliminados todos de la Champions.
¿Quién tiene la culpa? Porque para ser el último de la fila tiene que haber culpables… y no uno solo ni de una sola cosa, Pues dicen en mi pueblo que para ver lo que está a la luz no se precisa candil. Veamos:
Primero, una mayoría de españoles que, ciegos de fanatismo, colocan para gobernar al ser más tramposo, más inútil, más vago, más presumido y menos preparado de la Historia, e incluyo a Zapatero.
Un gobierno que está presidido por la persona que hemos loado anteriormente.
Unos partidos de la oposición divididos y sin nadie al frente con un mínimo de empaque para que sigan las personas de forma natural, sin necesidad de que ellos se pongan delante.
Una estructura administrativa y política atomizada, con unos municipios tan pequeños que no se soportan ellos mismos y con unas autonomías, verdadero cáncer, tratadas como Estados sin serlo, por lo que ni tienen la estructura legal ni de ningún tipo que pueda equipararse a un Estado, ni, por tanto, la capacidad de solución de estructuras más potentes en todos los aspectos.
¿Es que no está a la vista lo que está ocurriendo con las medidas que tratan de implantar las Comunidades, para tratar de embridar una pandemia que se les escapa como agua del cesto? En cada sitio unas normas, que después se autorizan o no, en cada lugar un criterio que puede venirse abajo porque tope con competencias de otras administraciones… un verdadero desorden por muy buena voluntad que pongan.
Y como el resultado está a la vista, la gran mentira que canta las excelencias de nuestra Sanidad y nuestro sistema autonómico queda en entredicho, aunque no nos replantearemos el sistema, no sea que resulte políticamente incorrecto.
Realmente lo único que actualmente va bien en España es el moreno del Presidente, que, junto con su mente, absolutamente descansada, le dan un aspecto inmejorable. ¿Alguien nos lo compra?