Alejandro Bermúdez

Con los pies en el suelo

Alejandro Bermúdez


Rottweiler y chiwawas

25/02/2022

Aunque parezca que no, tanto la crisis de Rusia-Ucrania como la del PP, tienen el mismo origen: el infantilismo del carácter europeo, incluidos nuestros mandatarios, frente a la rudeza de los naturales de otros países con menos comodidades.
El problema que se ha planteado en el PP tiene su origen en el mismo acto de su elección. Quienes pudieron haberlo evitado consintieron convertir algo tan serio como la elección de los futuros gobernantes de España, en un juego de chiquillos. El sucesor natural de Rajoy no podía ser otro, ante la guerra entre María Dolores de Cospedal y Soraya Sáenz de Santamaría, que Alberto Núñez Feijóo. Sin embargo, la dejación de Rajoy, el personalismo de las candidatas y la puerilidad de una buena parte de la militancia, que pensaban que gobernar un partido es como echar un mitin, pusieron en manos de una persona a la que le faltaban muchos hervores, a dirigir el partido. Realmente él no tuvo la culpa porque no es malo tener ambición, sobre todo cuando se es joven.
El problema es que ha hecho falta que se derrame mucha sangre política para que al final se haga lo que se debió hacer desde el principio. Y demos gracias al Altísimo que ha pasado lo que ha pasado, porque la inmensa mayoría de las personas de la calle a las que he oído hablar de Casado, no le veían capacitado para el cargo. Es una pena que algo que veía cualquier persona, no lo vieran quienes lo pudieron evitar. Si me permiten la expresión, y no lo digo en tono ofensivo, elegimos un chiwawa cuando hacía falta un rottweiler. El pobre ahora va a madurar en una sola noche, pero a golpes como los melones.
El problema de Ucrania es el mismo. Tenemos chiwawas cuidando las fronteras europeas, cuando al otro lado hay verdaderos rottweiler. Si Dios no lo remedia, Putin se merendará la parte de Europa que le parezca bien, mientras nuestros dirigentes seguirán pidiendo diálogo, atemorizados. Putin, que tiene el colmillo con tres vueltas, ya probó la capacidad de reacción de Europa: se anexionó Crimea como aperitivo y vio que no pasaba nada. Ahora está haciendo lo mismo con el Donbás y pasará lo mismo: nada, bla, bla, bla. Obviamente antes o después habrá que reaccionar, como ha pasado en el PP, pero la reacción tardía conllevará más sufrimiento que si se le hubiera frenado desde el inicio.
En el caso de Ucrania tenemos además la mala suerte de que esta vez los americanos han elegido un anciano de presidente, en lugar de a un impresentable y obviamente, tiene las facultades demasiado mermadas para enfrentarse a un ex KGB que practica artes marciales.
Sin embargo, creo que el final de las crisis que comento no será parecido. La de Ucrania me parece muy peligrosa y no se solventará sin graves quebrantos. En cambio, la del PP creo que se saldará con éxito. No cabe duda de que ahora el PP va a tener un buen capitán, un hombre serio, moderado pero firme y con la experiencia suficiente para dar la vuelta a la situación y unir en torno a sí, no solo al partido sino a gran parte del centro derecha. Esta unión es la condición imprescindible para llegar a la Moncloa. Lo puede conseguir sin duda alguna.