Antonio Pérez Henares

PAISAJES Y PAISAJANES

Antonio Pérez Henares


La predica, el trigo y los caciques de ahora

11/01/2020

Una de las características más acusadas y definitorias de los adalides y plañideras de la España Vacía es que casi ninguno vive en ella. Un ejemplo señero es el turolense Tomás Guitarte, ese  que pilló cacho con Teruel Existe y la milonga de ser independiente y que a él solo el terruño le importaba. En realidad era más viejo en política que el hilo negro y ya lo había intentado  anteriormente, y en reiteradas ocasiones, con la Chunta Aragonesista, los nacionalistas aragoneses de izquierda, pero no logró acomodo por ese lado. Lo que sí le salió mejor fue el apesebrarse  a los contratos de ayuntamientos e instituciones gobernadas por el PSOE, que ahora además han abierto a tope la espita, y que tanto a él como a su señora les ha regado desde hace años muy generosamente. Entre ellas, cobrar un alquiler de 120.000 euros anuales a la Generalitat valenciana por el alquiler de un local donde está radicada la Oficina Antifraude. ¡Toma ya! Y es que el patriota turolense resulta que vive desde hace ya casi 50 años en  Valencia, donde goza de pingues propiedades y, como se comprueba, de magníficos enganches con el gobierno de Puig y sus socios de Compromis y Podemos. Ni siquiera, incluso, pudo votarse el 10-N en su natal Cutanda, pues no estaba ni empadronado. Ahora parece que, tras lograr el escaño,  ya lo ha hecho en la capital comarcal de la zona, Calamocha.
Ya es, además de diputado, famoso y  ya  han visto con que querencias ha iniciado su andadura. Le dio a Sánchez el voto definitivo para que pudiera sacar adelante la investidura en sociedad con Podemos y en alianza con los separatistas de ERC y los filoetarras de Bildu. Ahora el señor Guitarte se queja de que hacen pintadas llamándole traidor por Teruel, que no verá porque va poco y sigue en lo suyo y en Valencia y que lo ponen a parir en las redes. Por lo visto ha conseguido a cambio que no cierren las ventanillas de Renfe. Buen trueque.
Lo de la España Vaciada es algo, en realidad, ya muy sabido y sobado a lo largo de la historia y en algunas tierras, como las mías alcarreñas, con doctores cum laude, y de verdad, en el oficio. Se les llamaba entonces, y lo son o aspiran ahora a serlo los de ahora, caciques. Mismas trazas e idénticos propósitos. Apuntarse a la cosa de la tierra y sus penurias y sacar el mayor provecho con ello. El campo no lo van a poblar pero encontrar toda una pléyade de gentes que van a medrar y sacar empleo, tajada o cargo con ello es algo que ya está en marcha y ya no hay quien lo pare. Está de moda hablar y gemir por ello. Por supuesto, desde el sillón urbanita y en todo caso en las visitas a palmearle las costillas al paisanaje para trincarle el voto.
He oído hablar, y todo,  de cómo gran medida, tienen pensado hacer nada menos que un Ministerio de la Despoblación. Si lo consiguen ese será el megachollo. Ahí sí que va a haber donde colocarse. Van a dejar chiquitas a las diputaciones. ¿Y van a reprobar algo? Nada, ya se lo adelanto, excepto sus bolsillos.
El problema existe, es de los graves e importante. Y tiene muy malas soluciones y menos ésta, que solo hará que convertirlo un tiempo en moda, pesebre y luego en desperdicio. El asunto tiene hondas raíces y la primera y esencial está en la voluntad de las gentes y sus tendencias y apetencias. Les pongo algunos ejemplos.
Daroca, en la vecina Zaragoza, cercana a la guadalajareña Molina de Aragón, es ciudad de campanillas, con historia, con rango, con posibles, con todos los servicios y con todas las administraciones y atenciones en todos los ámbitos de educación, justicia y salud necesarias. Incluso con puestos de trabajo. Pero está perdiendo a chorros gente. Se van a vivir a Zaragoza. Lo hacen aunque tengan su trabajo allí y hasta les hayan puesto a su disposición vivienda. Es un hecho. Varios cientos de funcionarios de la prisión allí radicada los tienen, fueron construidos especialmente para ellos. Están, en su inmensa mayoría, vacíos. De hecho, y por vivir , solo vive en ellos de continuo el director del centro penitenciario porque está obligado por ley a hacerlo.  Lo digo porque otra de las ideas lanzadas como gran aporte y solución por el Gobierno y que ahora puede poner en marcha es llevar a determinadas villas  centros administrativos y funcionarios. Puede que a trabajar vayan pero visto lo de Daroca a vivir ya les digo que quedarse se quedan solo los que no puedan hacer otra cosa.
Otro ejemplo y otro dato a tener en cuenta. En nuestra Cuenca. La autovía A-40, resulta que lo que ha logrado ha sido acelerar el vaciamiento de los pueblos por los que pasa. Mucho más que los otros en la provincia. El personal la aprovecha para concentrarse en localidades de mayor porte y abandonar los pequeños municipios o sin abandonarlos por el día en sus labores, darse el piro por la noche.
Significa eso que no se debe hacer carreteras rápidas. ¡No, hombre! Significa que el problema es otro y que por ese lado no se va a resolver si es que hay solución real alguna. Y por ahora la polvareda política, porque es más polvareda que otra cosa, creada al respecto la única utilidad que tiene es para sembrar tíos Guitarte por toda la geografía. Caciques y colocados, vamos.