Loterías demuestra una falsificación para cobrar un premio gordo de la Primitiva

J.A.J./Toledo
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Fiscalía y Onlae exigen para el acusado en este asunto la máxima pena posible, tres años de cárcel. Recuerdan que ya ha sido condenado por otras estafas en Talavera y Salamanca

El acusado insistió en su inocencia pese a los datos expuestos por los funcionarios de Loterías. - Foto: Yolanda Lancha

José S.J., un residente en Alcaudete de la Jara, puso hace cuatro años a prueba los sistemas de verificación de premios del Organismo Nacional de Loterías y Apuestas del Estado (Onlae) para reclamar un premio gordo de la Primitiva de 2,6 millones de euros sin tener el boleto ganador. Hoy , ese desafío puede costarle tres años de cárcel y 7.300 euros de multa, pena que solicitan para él la Fiscalía y la propia Onlae. A tenor de lo expuesto por funcionarios de Loterías en un juicio que ha quedado visto para sentencia en la Sección Segunda de la Audiencia Provincial, las acusaciones consideran probado que el sujeto cometió una falsificación reiterada con el objetivo de estafar a la Administración de juegos de azar. Además, recordaron que sobre S.J. ya pesan condenas por estafa dictadas por juzgados de Béjar (Salamanca) y Talavera de la Reina. Aún con esto, abogado defensor del acusado solicitó su libre absolución.

Durante su interrogatorio, S.J. sostuvo que el boleto premiado en el sorteo del 12 de noviembre de 2010 lo perdió al llevarlo en una chaqueta que le robaron cuando paseaba por una calle de Alcaudete de la Jara dos días después, hecho que denunció en la Comisaría de Policía Nacional de Talavera. Señaló que fue el propio regente de la Administración de Lotería en la que afirma haber validado el resguardo, ‘La Portiña’ de la talaverana calle de Luis Jiménez, el que le avisó de que había obtenido los seis aciertos en una de sus columnas de apuestas. Justificó el  no haber llevado al lotero como testigo de lo que decía en que no quería comprometer su empleo.

Tras esto, sostuvo que inició la  reclamación del premio a la Onlae y que recibió una promesa inicial de que se le pagaría. Luego, tras poner el Organismo reparos a pagarle, afirmó que un funcionario le ofreció 150.000 euros si cesaban sus reclamaciones, lo que no hizo.

Esto fue desmentido por el propio funcionario, que  declaró después. Este hombre y un compañero suyo rebatieron el argumento fundamental del acusado, que la combinación ganadora del boleto supuestamente robado la jugaba tradicionalmente desde hace más de 20 años. Para ello, dijo que había presentado ante Onlae nueve resguardos de sorteos anteriores al del disputado premio.

Sin embargo, los  empleados de Onlae precisaron que lo que les hizo llegar el acusado no fueron resguardos originales, sino fotocopias. Y que estas fotocopias reproducían boletos manipulados, ya que no seguían los códigos numéricos de autentificación que lo vinculan a un sorteo (ver información adjunta).

A esto se suma el propio sistema informático de comprobación de premios  de la Onlae, que ofrece el número de premiados por cada categoría y el lugar donde han sellado sus boletos sólo dos minutos después de haberse celebrado el sorteo, sin necesidad de que los agraciados se presenten a cobrar. «El sistema nunca falla», insistió un funcionario a preguntas del abogado defensor. Añadieron que en el sorteo que ha originado este proceso sólo se detectó un premiado con seis aciertos, que cobró 5,2 millones de euros.

Se saca un ojo de cristal delante del tribunal. 

El acusado, que sufre ceguera, protagonizó una incómoda anécdota durante el juicio en un esfuerzo exagerado por aparentar credibilidad. Al preguntarle  la fiscal si era invidente, se sacó un ojo de cristal y se lo ofreció manifestando estar «harto» de tener que acreditar su minusvalía.

Aún así, las acusaciones señalaron que esta discapacidad no exime a S.J. de responsabilidad por haber ideado y mantenido el uso de boletos falsos para estafar a la Onlae.