José Manuel Patón

LA PLUMA CONTRA LA ESPADA

José Manuel Patón


Las cucarachas

03/05/2023

¡Houston tenemos un problema! Resulta que hay un señor por ahí que con esto de las leyes animalistas ha encontrado varias cucarachas en su casa y las ha intentado ahuyentar con una hoja de periódico, por eso de no hacer sufrir a los animalitos. Dice que en otras ocasiones las pisaba cogía la escoba y las tiraba a la basura. Pero una, la más grande y voladora, le ha hecho cara, -siempre se han dicho que las cucarachas se adaptan a todo y no sería de extrañar que ya se supieran la ley-, y ha dicho que no se va. Previo reconocimiento de no saber cómo responder a la situación con el texto de la ley en la mano y consultar por internet con el comodín del público, ha optado por capturarla,- nunca sabemos dónde están las cámaras que nos espían, que esa es otra-,  y la ha metido en una pequeña jaula para grillos que tenía en su desván. A continuación ha empezado a poner anuncios a través de internet, por si alguno de esos animalistas más sensibles tuviera un alarde de generosidad y se la llevaba. Pero no. Ha comprobado que los animalistas son de salón. Seguro que ninguno tiene cucarachas. No han salido voluntarios. Ha llamado a la Guardia Civil de la zona, a ver si por una de esas se llevaban a la cucaracha a unos de esos centros de rehabilitación animal de los que se ven por la televisión con búhos, serpientes y cosas así, y en la Comandancia le han dado dos teléfonos donde al llamar, el interlocutor ha pensado que era un programa de cámara oculta, y luego le ha dicho que tiene un cernícalo que come cucarachas. No podía hacer más.
Nuestro protagonista, después del esfuerzo de salvar a su cucaracha, y de ver como ésta afrontaba con valor los aspavientos que le había hecho para ahuyentarla, no ha tenido corazón para entregarla al sacrificio. Le ha venido a la conciencia lo que sufrían los cristianos en el Coliseo cuando las fieras se echaban sobre ellos en las películas de romanos. La ha metido en un reloj de cuco para que se entretenga, pero se ha bajado al suelo otra vez. Quién sabe si algún día  podrá domesticarla como a las pulgas de los circos, pero también le han dicho que ni se le ocurra, que eso es tortura animal. Preocupado por el bienestar de su pequeño huésped, y para quitarle hierro a su asquerosa condición, ha cogido un pintauñas y la ha pintado de rosa con pintas negras como a las mariquitas de campo, y le ha puesto encima de la televisión con unas hojas de lechuga a modo de pequeña jungla para exhibirla mientras se le ha ocurrido dar una conferencia de prensa.
La nota de auxilio ha salido muchas veces en instagram, facebook y twitter, pero todo el mundo piensa que está loco. Pero ahí está la ley animalista, que no hace distinciones.
Por las noches, con la preocupación que le da su protegida le ha dado una pequeña depresión, muchos más al leerse la metamorfosis de Kafka, pensando que era un tratado sobre cucarachas, por la foto de la portada, y luego resulta que era un problema psicológico que le ha afectado. ¿Alguien se ha dado cuenta del alcance de la ley? Creo que los diputados normales han votado a favor con anteojeras.