Miguel Ángel Collado

Alma Mater

Miguel Ángel Collado


Los argonautas de la Universidad

27/03/2023

Frente a la posición de silencio sobre uno mismo que sostenía el barón de Verulam, a veces se hace necesario proclamar de vobis ipsis loquamur pues el reconocimiento y la gratitud exigen hablar de quienes con su trabajo contribuyen a la excelencia no un día sino como hábito. Reflexionaba Bruner en 'La fábrica de historias. Derecho, literatura, vida', fruto de un seminario impartido en la Universidad de Bolonia, que «mediante la narrativa construimos, reconstruimos, en cierto sentido hasta reinventamos, nuestro ayer y nuestro mañana».  Pero también advertía que la mente del hombre si bien nunca puede recuperar de modo fiel el pasado, tampoco puede escapar de él. Y, precisamente por ello, el silencio puede resultar atronadoramente injusto porque ofende sentimientos.
La expedición de los argonautas desde Págasas hasta el reino de Cólquide es una de las mayores epopeyas de la mitología helena de la que se ocuparon Píndaro, Esquilo o Sófocles, entre otros. Los argonautas son navegantes míticos que ejemplifican el esfuerzo de una empresa común, de un objetivo compartido entusiastamente y, como los mitos clásicos, nos habla de nuestro tiempo, de nosotros mismos, de nuestras aspiraciones, temores, de la confianza en seguir adelante a pesar de las dificultades para realizar sueños que parecen inalcanzables; en definitiva, nos ilustra sobre sentimientos. Precisamente, el relato más completo del mito de Jasón se lo debemos a Apolonio de Rodas y su poema 'Las argonáuticas' en el que la dimensión épica del viaje se enriquece con las no escasas referencias a los sentimientos de sus protagonistas.
De la expedición de los argonautas se ha escrito que se entreteje no solamente de las aventuras narradas sino también de cuestiones técnico-científicas al ser Argo una nave que abre los inicios de la navegación para la que eran necesarios conocimientos técnicos, geográficos o astronómicos hasta entonces reservados a los dioses. Fue un viaje hacia lo desconocido, una alegoría del avance científico de las fronteras del conocimiento.
Poner en marcha una nueva titulación universitaria, unos exigentes y ambiciosos nuevos grados como se ha hecho este último lustro en la Universidad de Castilla-La Mancha y como estamos empezando también ahora, recuerda la expedición para conseguir el vellocino de oro porque se trata en realidad de un viaje como quehacer común. Celebrar la graduación de la primera promoción y continuar con la segunda, la tercera…constituye una epopeya colectiva que necesita un Jasón, pero también a la cincuentena de héroes que aparecen en el primer libro de la obra de Apolonio y que contribuyen al éxito de la expedición tanto por las acciones colectivas como por el hacer individual de algunos de ellos desde el primer día que se embarcaron.
Festejar la primera promoción es, en realidad, narrar la partida desde la tierra firme, desde el puerto de seguridad de los argonautas de hoy y valorar la singladura que lleva a cruzar los límites que estaban llamados a superar cada vez que azotaban las tormentas a las que hacen frente sabiendo que la dimensión de su compromiso la da no solamente el punto de llegada sino también el punto de donde se ha partido. Los argonautas nos enseñan que lo que más vale al bien común no es el kleos, la gloria individual, sino la homonoia,  la concordia en las cuestiones fundamentales.
Recordando las palabras del Rodio «yo quisiera contar la estirpe y el nombre de los héroes. Los dioses todos desde el cielo contemplaban aquel día la nave y la estirpe de héroes semidivinos, que entonces, los más valerosos, navegaban por el mar».