Empiezo la temporada saludando a los lectores esperando que las vacaciones hayan resultado magníficas o por lo menos moderadamente felices, poniéndome bajo la protección del dios Jano que como saben tenía dos caras lo que le resultaba muy práctico para andar por ahí abriendo puertas y dedicándose a ayudar a los latinos en las guerras por todo el mundo. Como era además el dios del comercio no vendría mal que nos echara una divina y celestial manita en Talavera que tan comercial fue en tiempos. Lo cierto es que empiezo con una buena noticia y es que he visto que al fin después de años de espera hasta casi llegar al desaliento, han empezado los trabajos para la restauración del friso de cerámica de la Ermita; ahora hay que esperar para ver cómo será dicha reposición porque todos sabemos que ciertas renovaciones quedaron fatal después de los trabajos llevados a cabo, no hará falta que recuerde aquél famoso cristo de un pueblo de Aragón cuya popularidad llegó por la criminosa reposición. Y fue mucha fama. De todas maneras no negarán que tras tanta espera, que hayan empezado los trabajos es una noticia para celebrar en esta Talavera de retrasos y aplazamientos.
La segunda noticia, la mala no ha sido fácil de escoger ya que por desgracia las de esta categoría no faltan, al contrario hay cierta abundancia y cuesta elegirlas, más bien me decido por un conjunto de ellas, que supondrán la repetición de lo vengo reiterando desde hace tanto tiempo: las carencias de una ciudad que sufre el desdén incomprensible de ciertas administraciones, el olvido cuando no el desprecio de tales administraciones que eligieron descaradamente dar de lado a Talavera beneficiando porque sí otras zonas y ciudades incomprensiblemente aplicando eso que ahora se llama ingeniería social y que no es más que transacción político-económica de baja estofa. Y cosas así. Nos quedamos sin mercado, lo de la eterna promesa de una industria, etc.
Y luego está el eterno problema del tren que de ser una molestia se convierte en una traba para el desarrollo de la ciudad. Son muchos años esperando unas noticias, un compromiso real, algo. Si han estado atentos a las noticias sobre el último temporal, habrán comprobado que una de las líneas que sufrió suspensiones y retrasos fue la de Extremadura-Badajoz, la nuestra; no digo que en ello no tenga que ver el espacio por donde se desarrolló la gota fría -ahora dicen dana-, lo que aseguro es que en el tren que pasa por Talavera tenía que ocurrir algo así de todas maneras. Y ha ocurrido.
No ha estado mal para empezar.