Ana Nodal de Arce

Me la juego

Ana Nodal de Arce


Eso no lo sabe Sánchez

18/05/2023

La campaña electoral desata en nosotros un inusitado afán de acaparar lo que sea: nos vuelven locos los habituales productos de merchandising de los partidos, esos que cogemos sin pensar y vamos guardando, por si acaso alguna vez nos resultan útiles. Y no. Pero son clásicos. Y quien no tenga en su fondo de armario un sombrero de paja con la cinta del PP o de Milagros Tolón, que ahora es lo más cool, no puede considerarse un toledano en condiciones. Lo confieso: yo sólo guardo abrebotellas de Page, que salieron muy buenos.
En fin, que Toledo vive estos intensos días con el habitual despliegue de candidatos en los puntos neurálgicos de la ciudad. Lo bueno para todos, salvo para quien lleva ocho años en el gobierno, es que hay tanto por hacer, que pueden lanzar nuevas propuestas sobre proyectos que se han eternizado y que la desidia, la apatía, la falta de ideas de unos y los intereses de otros, han impedido que lleguen a buen fin.
Lo del Tajo clama al cielo. La alcaldesa nos ha recordado, en un álbum a color de 167 páginas buzoneado a los vecinos, que en Murcia la declararon non grata. Bien. Mientras, el río muere en Toledo por la falta de depuración, la escasez de caudal y la ausencia de lluvias. No hay otra realidad. Ni promesas ni milongas. El Tajo ha sido tratado con desprecio y ahora toca luchar por su recuperación. Sin trabas, con medidas valientes y enfrentándonos a las administraciones que sean menester. El patrimonio natural es sagrado. Es imprescindible la Peraleda libre del cuartel de la guardia civil, así como el despertar de nuestra espectacular Vega Baja, que muchos han querido tapar con bloques de cemento o abandonar a su suerte para crear un páramo hostil. O, aún peor, trocear con triquiñuelas.
¿Y qué hay del recinto ferial? No sé si reír o llorar. Nos quitaron la Vega, con mucho dolor y nostalgia, en Toledo prima el clasicismo, ya saben, y, hace más de tres décadas, se optó precisamente por la Peraleda como el espacio más adecuado para celebrar eventos. No convencía y cuando estábamos ya hechos a esas atracciones, en un lugar donde no se ha invertido un solo euro, ya pensando en proyectos urbanísticos, llegaron los del gobierno y dijeron que no, que mejor Safont. O la Vega. Pero el entorno, no el parque. Clama al cielo que la capital de Castilla-La Mancha, ciudad imperial, patrimonio de la humanidad y una joya única en el mundo, no disponga de un pabellón ferial ni de un recinto para que los vecinos y visitantes disfruten del ocio en condiciones dignas.
Hay más temas pendientes, porque esta ciudad lleva paralizada desde tiempos de Carlos I, es un decir, pero a mí me ha llegado al alma la última ocurrencia del gran Pedro Sánchez, que quiere que los mayores de 65 años vayan al cine los martes por dos euros. Señor presidente, en Toledo, para ir a ver una película en pantalla grande hay que salir de la ciudad. Y uno, si no tiene coche, va cuando quiere y puede, porque lo del transporte público es harina de otro costal. Y aprovecho para reclamar el cine de verano, otra demanda clásica en estas fechas. Y conseguirla cuesta sangre, sudor y lágrimas. Eso no lo sabe Sánchez.