Pido perdón a los lectores por si el título de la columna les parece una petulancia pero en honor a la verdad y sin falsa modestia, lo que expuse en La Tribuna hace siete días sobre la calamidad de la línea entre Talavera y Madrid, así como la necesidad de que dicha comunicación vuelva a la regularidad y precisión que tuvo siempre, es incontestable y lo he leído y escuchado en estos últimos siete días en publicaciones y radios. Las actuales condiciones son insoportables para los usuarios.
Como es natural hay responsables del deterioro con nombres y apellidos, no puede ni se debe ocultar que entre los primeros responsables se encuentra la empresa que parece que ha contemplado con indiferencia y alguna complacencia el derrumbe de la comunicación y como señalo cada vez que escribo de este asunto, hay responsables directos: alcaldes y Diputación que entre sus arrinconadas obligaciones está la de mantener y trabajar para que las situaciones de ciudadanos y trabajadores en general y viajeros, en particular, se mantengan, en este caso hablo de la importantísima conexión Talavera-Madrid.
Tal vez haya quien no encuentre nexo entre la cuestión de la que escribo y entidades como ayuntamientos o la diputación. Yo creo que tal relación existe y es muy fuerte. Pienso que cuando una línea de viajeros con tanto peso social como la Talavera -Madrid, que sobrepasa lo meramente anecdótico y varía lo que ocurre en ella, modificaciones y cambios superan lo que decida la empresa ya que llegan a adquirir una importancia general que atañe a todos los ciudadanos, admitiendo por supuesto que la empresa sea una entidad particular cuyo objetivo es obtener beneficios.
Y aquí es donde yo reclamo los acuerdos entre los propietarios de la empresa y las entidades públicas al menos para dotar de algún sentido a una entidad como la Diputación que aparte de cobrar impuestos para mantenerse a sí misma y poner algunos banquitos en ciertos pueblos sus tareas son enigmáticas. Escribí -perdonen otra vez por la autocita- que un trabajo como el de mantener viva la comunicación entre las dos ciudades es fundamental y obligatorio señor alcalde.
No caiga en anteriores naufragios.