José María San Román Cutanda

A Vuelapluma

José María San Román Cutanda


Y, ¿qué culpa tiene Ella?

17/04/2023

Cuando el humor se pone al servicio del desprecio, suceden hechos tan desagradables como los que vimos hace unos días en la emisora catalana TV3. Este acto miserable fue perpetrado por un grupúsculo de pseudohumoristas del espacio televisivo 'Está pasando' (y pongo el título en castellano, así que ya tienen dos tareas si les molesta: cabrearse y descabrearse). Llegada la época de Pascua, tuvieron la feliz idea de utilizar a la Virgen del Rocío como objeto de mofa y burla a los católicos y, de paso, al resto de españoles, con un especial acento a los andaluces. Una parodia zafia, vulgar, casposa, de muy mala nota, sin gusto ni chispa, en la que, entre otras cosas, la 'virgen' mandaba 'a tomar por culo' a los fieles, hacía imitaciones con un 'niño Jesús' similares a las del Rockefeller de José Luis Moreno y decía llevar «doscientos años sin echar un polvo como Dios manda», tras lo cual se insinuaba a uno de los participantes del coloquio, preguntándole incluso si tenía «la luz verde del semáforo» porque decía estar «más caliente que el palo de un churrero». Todo ello, con una vestimenta imitativa cuya visible intención es la de provocar risa y con un muy censurable acento andaluz más propio de un dolor de estómago que de una conversación normal.
Más allá de lo grotesco, de lo hortera, de lo chabacano y lo vulgar, ante todo es una actitud miserable, impropia de personas adultas pertenecientes a un colectivo que reivindica su libertad y su autodeterminación. Atentando contra la libertad religiosa, lo cual significa atentar contra los sentimientos de un importante número de ciudadanos españoles (catalanes incluidos), ¿siguen manteniendo su derecho a reclamar libertades? La libertad empieza en el respeto. Ese respeto que los humoristas que han perpetrado este disparate se han pasado por el forro de las narices, utilizando un sentimiento religioso para humillar y despreciar desde el desprecio político al resto de los españoles. Volvemos a asistir a una muestra de lo más disparatado y 'panderetesco': chotearse del sentimiento ajeno para reivindicar el propio. Porque no olviden los humoristas que pertenecer a una patria, como pertenecer a una religión, forma parte también de la esfera de los sentimientos. ¿Qué culpa tiene la Virgen del Rocío de los afanes burlescos de esa gente? ¿Qué culpa tenemos los católicos de que no vean satisfechos sus deseos separatistas? Y, sobre todo, ¿qué tiene que ver una cosa con otra? Vergonzoso en endecasílabos.
Pero, ¿saben una cosa, queridos lectores? En el fondo, muy en el fondo, o quizá no tan en el fondo, la culpa no es directa y exclusiva de estas personas. Ellos, al fin y al cabo, juegan a lo que han jugado siempre, que es a la descalificación como única arma de resistencia. Y es verdad que muchos seguimos esperando una tipificación penal adecuada y coherente con estas situaciones y sus efectos. Pero, insisto, la culpa no es toda suya. Mucha culpa la tenemos los ciudadanos de a pie por seguir permitiendo estas y otras situaciones absolutamente intolerables. Volvernos pasivos ante los problemas que nos acucian nos ha convertido en un colectivo tocado de ese terrible 'laissez faire' que da carta blanca a individuos como los de ese desafortunado 'gag' televisivo para que hagan lo que les plazca impunemente. Y que, sobre todo, consigue que cualquier queja de quienes no vemos con buenos ojos estas actuaciones sea tachada de contraria a la libertad individual. Dijo Azaña que «la libertad no se hizo para hacer más felices a los hombres, sino para hacerlos hombres». Tomemos nota.

ARCHIVADO EN: TV3