Alejandro Bermúdez

Con los pies en el suelo

Alejandro Bermúdez


Administrador o amo, usted decide

26/05/2023

Las elecciones del próximo domingo tienen mucha más importancia que en ocasiones anteriores. Ahora nos jugamos nada menos que el título que van a tener nuestros gobernantes y, en consecuencia, nuestra propia dignidad como seres humanos.
La forma en que nos están gobernando en estos últimos años es casi medieval, cuando los señores feudales eran dueños de la vida, honra y hacienda de sus siervos. La campaña electoral de la izquierda así lo está certificando. Porque no nos tratan como los administradores que son, obligados a darnos cuenta de su gestión, lo hacen como si fueran dueños absolutos de cuando ocurre de tejas abajo, sin límite para sus antojos.
Su idea de lo que son y lo que somos los lleva a ofrecernos, con una petulancia impropia de un gobernante occidental, continuos 'regalos' que curiosamente pagamos nosotros mismos. Regalos fruto de la ocurrencia y no de una estudiada programación. Lo hacen como si se tratara de concesiones graciosas, fruto de su magnificencia, en lugar de como administradores de nuestra riqueza. Son, como esos tíos ricos que venían de la capital al pueblo y nos daban un duro para golosinas. La diferencia es que el tío rico usaba su dinero y estos mastuerzos utilizan el nuestro.
Esta forma de conducirse en la administración de lo público, demuestra su sentido totalitario del poder: ¿para qué se aprueban unos presupuestos por las Cortes si luego ponen y quitan a su antojo, sin atenerse a ellos? Aplican el 'a ti te expropio', 'a ti te hago soportar al ocupa, quieras o no', 'tú estudias y hablas en la lengua que yo diga', 'tú profesas el credo que te manden', 'a ti te insulto porque tu empresa va bien'… Es obvio que profesan el sistema del ordeno y mando, sin atenerse a principio de ningún género que no sea el de mantenerse en el poder.
La falta principios que rigen el funcionamiento de lo público en la España 'sanchoteguibelarrista' nos coloca más cerca de países totalitarios que democráticos. La deriva es de tal calibre y ha calado tan hondo en nuestra sociedad, que ha sido un país como Brasil quién nos ha colocado frente al espejo con el asunto del jugador de fútbol Vinicius. Resulta que este muchacho lleva toda la temporada aguantando las burlas de la peor calaña, solo por ser negro. Resulta que en España existe tipificado un delito de odio, que supuestamente impide que estas acciones queden impunes. Resulta que la fiscalía, como ya nos dijo bien clarito Pedro Sánchez, depende de su gobierno. Y resulta que esta institución no ha movido un dedo, hasta que nos hemos visto señalados a nivel internacional como país racista, lo que no nos hará ningún favor.
Pero esto mismo nos está ocurriendo, aunque con menos repercusión mediática por el momento, con el manejo de los fondos europeos, con nuestro sistema judicial, con la ley de vivienda, con la ley de paridad, etc. etc. etc.
Esto no ocurre porque España sea un país ni más racista ni de más timadores que los de nuestro entorno, pasa porque nuestro gobierno carece de principios de ningún género. Porque no administran lo público, lo usan en su interés como amos de la finca.
En estas elecciones elegimos entre ser ciudadanos o siervos de la gleba. En su mano está. Usted decide.