«Tenemos que conseguir un despido justo y disuasorio»

L.G.E.
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El secretario general de UGT en Castilla-La Mancha recalca que los sindicatos están «pidiendo a las empresas subidas salariales asequibles» y apunta que «los convenios que están resultado más difíciles en nuestra región son los de ámbito estatal»

Luis Manuel Monforte es el secretario regional de UGT en Castilla-La Mancha, un sindicato que cumple 30 años con estructura regional. - Foto: Javier Pozo

Cuenta que la defensa de los derechos de las personas es algo que ha visto en casa con el ejemplo de su padre, que fue alcalde del PSOE en Talayuela, un pueblo cacereño fronterizo con Toledo. «Lo he mamado», señala. Luis Manuel Monforte relata que cuando entró en el mundo laboral, se empezó a interesar más por el sindicalismo. «Vengo de lo que consideramos el barro del sindicalismo, de hacer elecciones sindicales», señala. Procede de la Federación de Servicios Públicos porque en 2008 aprobó y consiguió su plaza de empleado público en la Junta. Ahora es el secretario general de UGT de la región y está de aniversario. Esta organización sindical, que se creó en 1888, cumple treinta años con estructura regional propia en Castilla-La Mancha.

¿En qué se podría resumir el balance de estos 30 años de UGTCastilla-La Mancha?

UGT ha ido cambiando acorde lo ha hecho la sociedad. Lo que se reivindicaba hace treinta años no es lo mismo que reivindicamos hoy, las formas de trabajo han cambiado. Ahora hablamos de teletrabajo o de robotización. Tenemos asumida la jornada laboral regulada de 8 horas, pero recordamos que hace no mucho en esta región hemos tenido que volver a hablar de esa jornada regulada también en el ámbito del sector público porque al final las crisis han hecho que retrocedamos en derechos y libertades. Tenemos que volver a recordar lo que consiguieron nuestros antecesores en el sindicalismo. 

Monforte cuenta a La Tribuna que hay empresas que se han interesado por la semana laboral de cuatro días.Monforte cuenta a La Tribuna que hay empresas que se han interesado por la semana laboral de cuatro días. - Foto: Javier Pozo¿Qué logro destacaría de estas tres décadas?

Podría decir varias cosas, pero tenemos algo muy reciente que ha sido esta última reforma laboral. Ha conseguido traer empleo estable a nuestra comunidad. Padecemos mucho la estacionalidad por el tipo de trabajo que tenemos, con nichos importantes vinculados al sector agrario y al final esta reforma laboral va a permitir que esa gente que se dedica a las campañas, o también en el comercio, pueda tener esa tranquilidad y seguridad de que al año que viene y al siguiente va a poder seguir trabajando en esa misma empresa. 

Si hablamos a largo plazo, un gran logro para la UGT en el ámbito general son las vacaciones retribuidas o la jornada laboral regulada. Podemos decir alto y claro que fue gracias a la lucha de la gente en la calle, pero liderado, abanderado por la UGT.

Aunque parezca que cambia todo, ¿hay reivindicaciones que nunca pasan de moda?

Tenemos que seguir hablando de siniestralidad laboral. Mientras que una persona salga de su casa una mañana y no regrese porque ha fallecido en el ámbito laboral o cuando va o vuelve del trabajo, no podemos perder esa reivindicación. La tenemos que recordar todos los días. 

La reforma laboral lleva ya un año en funcionamiento. Parece que siempre que se aprueba una ley, queda un resquicio que hay quien aprovecha para hacer la trampa. ¿Hay ya alguna alerta o está funcionando bien?

Esta reforma laboral no puede tener una lectura negativa, pero es cierto que no es la reforma definitiva. Hay que seguir avanzando en el mercado del trabajo y para la UGT tenemos que seguir hablando del despido. Tenemos que conseguir un despido justo y disuasorio. A día de hoy por desgracia sigue habiendo mala praxis con el despido y las normativas todavía no protegen bien al trabajador. No quiero decir que sea la tónica habitual de las empresas, porque por suerte no es lo que sucede en Castílla-La Mancha, pero sí es cierto que puede existir el despido caprichoso por parte de empresarios. No estamos defendiendo a los malos trabajadores, por supuesto que no, creo que hay legislación suficiente ahora mismo en nuestro país para poder atajar ese problema, pero hay que avanzar en materia de despido para igualarnos a países europeos que tienen mejores condiciones laborales. 

¿Qué calendario tienen para abordar estos cambios en el despido?

Nosotros lo tenemos en agenda. El año pasado se presentó un recurso ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos por parte de UGT. Se ha admitido a trámite y está en periodo de alegaciones por parte del Gobierno. Queremos creer que va a prosperar y se va a poder sentar una base para empezar a hablar del despido en nuestro país. En los próximos meses tendremos noticias.

¿Qué tipo de despido deberíamos tener?

Las reformas laborales anteriores lo abarataron mucho. No podemos consentir que ninguna norma que toque el mercado del trabajo en nuestro país sea para empeorar las condiciones de los trabajadores. Debemos conseguir que una empresa no pueda despedir a un trabajador sin un motivo claro y justificado. Y si lo hace, que tenga compensación económica por parte de la empresa. 

Con la reforma laboral ¿nos tenemos que acostumbrar a analizar los datos de forma diferente, considerando que pueden reducir la estacionalidad?

Las lecturas de los datos del paro no han cambiado nada desde el 84. Se siguen leyendo e interpretando las cifras exactamente igual. Es cierto que la estacionalidad va a seguir estando, pues sigue habiendo campañas agrícolas, de comercio... Lo que pasa es que tenemos que hacer labor pedagógica y explicar a la gente qué ha conseguido la reforma laboral para esas personas, que ya tienen la seguridad de volver a la campaña siguiente. Anteriormente, con contratos de obra y servicio de dos o tres meses, la gente no sabía si al año siguiente podría volver a trabajar en esa misma empresa. Hemos conseguido que sí tengan ese fijo-discontinuo, que se puede extrapolar como un indefinido. 

¿Cómo valora el trabajo de la Inspección? ¿En qué funciona bien y en qué aspectos puede hacer algo más?

La Inspección de Trabajo está funcionando de forma brillante, bien es cierto que con los recursos que tiene. Ahí sí tenemos que dar un toque al Gobierno central porque es un cuerpo que está infradotado desde hace muchísimos años. Lo que venimos demandando es una mayor dotación de inspectores en nuestra región. Si no hay personas que puedan atender todas las demandas que llegan y todos los requerimientos que hacemos, difícilmente se puede quitar ese cuello de botella. 

UGT y CCOO han hecho una propuesta de subida salarial. ¿Ve posible el pacto con la patronal?

Entendemos que va a ser posible, que el acuerdo va a ser factible. Es verdad que es una cuestión de acercamiento. Cuando hay una negociación siempre hay que acercar posturas, pero por supuesto que la parte social está en disposición de ese acercamiento. Entendemos que a nivel nacional se negocia de una manera, se negocia con unas recetas y unos ingredientes y que luego en Castilla-La Mancha tenemos nuestra propia receta, pero esa negociación colectiva nos tiene que venir de arriba. 

Las organizaciones sindicales mayoritarias no estamos pidiendo unas subidas salariales acordes a cómo está subiendo la vida, a cómo suben los alimentos. Estamos pidiendo subidas salariales asequibles a las empresas, que no van a suponer que ninguna se vaya a la quiebra. Si pedimos algo que suponga que las empresas cierren, estamos haciendo las cosas mal. 

Ese acuerdo es posible y viable. Ahora sí, todas las partes nos tenemos que remangar, tener acercamiento e interés. Llega en un contexto político, de elecciones que no beneficia porque se intenta hacer política con estas cuestiones y es algo que resta credibilidad a las negociaciones, pero creo que es viable y es posible. Estoy convencido de que en las próximas semanas tendremos noticias sobre ese acuerdo nacional. 

¿Qué encaje tiene un acuerdo nacional de salarios en Castilla-La Mancha? Aquí hay por un lado muchas empresas pequeñas y por otro unos trabajadores que están sufriendo una inflación más alta que la media del país...

Al final, los convenios que están resultando más difíciles en nuestra región son los de ámbito estatal, es un dato curioso. Las trabajadoras del sector de la limpieza están sujetas a un convenio que negocian empresas de ámbito estatal y no se negocia con empresas de Castilla-La Mancha. Al final nosotros aquí nos entendemos. Está claro que tenemos un tejido productivo de pequeñas y medianas empresas y en muchos casos el propio empresario es trabajador. Somos conscientes, coherentes y consecuentes con ello. 

Hemos sido una de las regiones más inflacionistas por muchos meses y también estamos a la cola en salarios medios, pero creo que al final con voluntad se están llegando a grandes acuerdos en la región. 

Dialogando con la patronal y con el Gobierno se va a presentar en breve un nuevo acuerdo para políticas activas de empleo. ¿Se va a mantener lo que ya se hacía hasta ahora o habrá muchos cambios?

No es un cambio radical, pero sí va a haber mejoras que al final van a poner en el centro a las personas, como venimos demandando. Si ponemos en el centro a la persona y estudiamos qué necesidades tiene para mejorar esa empleabilidad, yo creo que estamos en la línea acertada. Por supuesto que hay que mejorar los servicios de asesoramiento en la región. Esa es una de las aportaciones que hicimos. También hicimos una petición para que la historia laboral de una persona no se perdiera en el tiempo en un expediente, sino que sea algo similar como una historia clínica y que yo lleve mi historia laboral para saber de dónde vengo y dónde me puedo emplear si estoy en un momento desempleado. 

¿Cómo valora la apuesta de Castilla-La Mancha por la llegada de empresas de logística, gestión de datos o renovables?

Que seamos atractivos para las empresas siempre tiene una lectura muy buena. Estamos hablando de futuro, de empleos verdes, del mundo de los datos, del metaverso. Que empresas importantes a nivel internacional estén interesadas en nuestra comunidad autónoma es algo que nos tiene que hacer sacar pecho, independientemente del signo político. Es algo que está haciendo bien este Gobierno regional y los agentes sociales porque se habla de un buen clima, de diálogo social y eso es importante para que las empresas vengan con tranquilidad y seguridad a implantarse en nuestra comunidad.

¿No se da el caso de que nos traemos lo que no puede estar en las ciudades, pero de lo que luego se benefician esos grandes entornos urbanos? Podría ser con las renovables como ocurrió en el pasado con la nuclear...

No es lo mismo. Al final hablamos de crear empleo en las zonas rurales, de volver a poblarlas y hablamos de empleos verdes, limpios. Otra cuestión es que no hablásemos de empleo verde y de esa estabilidad laboral.

La robotización, el teletrabajo, la inteligencia artificial, los procesos tecnológicos, ¿hay miedo a cómo pueda afectar al trabajo?

Miedo no, pero sí incertidumbre. Es cierto que tenemos que cambiar y hay que aceptar la realidad. Ya no estamos hablando de que la digitalización va a venir, sino que ya ha llegado. Hay muchos procesos productivos que se van a beneficiar, pero también habrá que regular cómo las empresas van a introducir esa digitalización y cómo va a afectar a la clase trabajadora. También hay que regular los impuestos a esa robotización y esa digitalización. 

Hay también sectores que nunca se van a poder beneficiar tan claramente de esa digitalización o robotización como es el sector de los cuidados. Tenemos que seguir empoderando a esas mujeres. Por muchas ayudas técnicas que haya, siempre tiene que haber una persona que presta esos cuidados a mayores, niños, discapacitados, dependientes...

Los jóvenes estarán ya hartos de que les digamos que los empleos en los que van a trabajar todavía no se han creado. ¿Cómo se prepara un mercado laboral para un horizonte así?

Tenemos que hablar de profesiones de futuro, de las que ya se habla, de carreras, de estudios de FPque antes no existían y ya se están dando. Ya nos estamos concienciando. Si preguntas a los estudiantes a qué se quieren dedicar, no te contestan lo mismo que contestábamos nosotros o que hace 15 años. 

La semana laboral de cuatro días ¿es ciencia ficción?

A lo mejor si dejamos de pensar que es ciencia ficción, puede ser real. Yo que tengo vocación de periodista frustrado te pregunto: ¿cómo te sentirías tú con una jornada laboral de cuatro días?

Sobre el papel y como trabajador, me parece maravilloso.

Pues vamos a convencer a tus jefes de que es productivo, de que tú vas a seguir sacando el mismo volumen de noticias que sacas en cinco días. Si convencemos al empresario de que vamos a seguir siendo igual de productivos con cuatro días, incluso más porque va a mejorar tu rendimiento, vas a tener más facilidad para conciliar, más tiempo para tu descanso. Hay estudios que demuestran que cuando tenemos la parte personal tranquila, producimos mejor.

¿Les ha llegado al sindicato consultas de empresas de la región interesadas en los cuatro días?

Sí hay consultas y sí hay empresas que se han interesado. Con el Gobierno ha habido conversaciones para ver qué posibilidades hay porque había ayudas a nivel estatal para estas empresas que se acogieran a un proyecto piloto que hubo. 

Hemos hablado de los retos para el mercado del trabajo. ¿Cuáles son los retos para el sindicato?

El reto es al final que la gente entienda que en una empresa donde hay un sindicato, donde está UGT, es una empresa con un empleo estable, más seguro, con unas condiciones de trabajo mejores. Donde tenemos un delegado sindical, esa persona hace de asesor, de mediador en conflictos laborales, de delegado de prevención riesgos laborales. Al final no tiene que haber ninguna empresa en Castilla-La Mancha que no crea en esa figura de los delegados sindicales y el comité de empresa. 

Como están de cumpleaños ¿qué deseo pediría? 

Pedimos que no se dé ni un paso atrás en materia laboral. Tenemos que mirar al futuro y tenemos que seguir avanzando y mejorando. Y que UGT siga estando muchísimos años más como ha estado en esta región luchando por los trabajadores y trabajadoras.