El Real Madrid golea sin querer

Diego Izco
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La imagen blanca no mejora, pero se le caen los tantos y da un paso más hacia el título. Lamine Yamal rescata a un Barça que recupera el espíritu de las porterías a cero. El Atlético se descabalga fuera de casa

El Real Madrid golea sin querer - Foto: JJ Guillén

Las matemáticas no juegan la misma Liga de las sensaciones: al Real Madrid se le está poniendo cara de campeón cuando pero 'feeling' transmite. Es lo que tiene ir quitándole hojas al calendario con semejante ventaja al frente de la tabla. Ante el Celta de Vigo, volvió a jugar un encuentro bastante mediocre, pero pocos equipos como el blanco para contar historias legendarias e incluso goleadas sin que aparentemente se merezcan. El 4-0 dejó dos tantos en propia puerta, una exhibición de Modric en el golpeo de los saques de esquina, una nueva agresión de Vinícius sin castigo y el primer gol de Arda Güler. Huele a campeón, sí, pero con poco que presumir actualmente. 

Un niño

El Barça sigue siendo lo que un niño de 16 años quiere que el Barça sea. En un equipo que ha elegido la 23/24 para deprimirse: sin el Camp Nou, sin muchos de sus puntales, sin contundencia en las áreas… es Lamine Yamal el clavo ardiendo al que aferrarse, un chaval que posee el desparpajo propio de la edad y la zurda de un privilegiado. Es posible que la necesidad haya obligado al equipo a abrir la puerta de la esperanza adolescente, pero algunas de las grandes irrupciones en la historia del fútbol han venido precedidas por una crisis, por un momento en que el entrenador fue valiente «porque tocaba». Y Yamal es una estupenda noticia para el fútbol en general, y para el Barça (tercera puerta a cero consecutiva) en particular. 

Mal balance

Aguanta el Girona, amenaza el Athletic… y duerme el Atlético, que, mientras se mantiene como el mejor local del campeonato, ha perdido la mitad de los partidos lejos del Metropolitano. Es probable que Simeone eligiera otra cosa: encerrarse, esperar a cualquier equipo, fuese cual fuese. De hecho, lo hacía. Pero 11 años después, con más presupuesto y caché, al equipo le toca proponer (lejos de casa) y son otros los que le esperan. El 2-0 de Cádiz, otra marca más en la chapa de un bloque endeble.