El Consorcio recuperará un jardín y un espacio de uso público en San Lucas

M.G./Toledo
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El Ayuntamiento firma un convenio con la parroquia de Santas Justas y Rufina, de la que depende San Lucas, para rehabilitar esta zona aneja a la iglesia. El objetivo es abrirla al público

Un convenio muy enriquecedor. El alcalde de Toledo, Emiliano García-Page, firmó ayer un acuerdo de colaboración con el párroco de Santas Justas y Rufina, José Antonio Martínez García, para rehabilitar una zona aneja a la iglesia de San Lucas «y poner a disposición de los toledanos un nuevo espacio público, un entorno amable y agradable y un nuevo jardín». Un proyecto que llevará a cabo el Consorcio de la Ciudad para completar esa rehabilitación integral que ya se está llevando a cabo en una de las iglesias más antiguas de la ciudad.

Page está muy satisfecho con este convenio porque, entre otras cosas, «no todos los días se encuentra un sitio en el Casco para hacer un nuevo jardín». Y para rematar esta importante intervención en la iglesia de San Lucas, que depende de Santas Justas y Rufina, también se realizará la preinstalación eléctrica para que el edificio disponga en un futuro de esa iluminación artística que se va ampliando a distintos monumentos de la ciudad.

Además, el alcalde aprovechó para agradecer la colaboración de la Iglesia. «La gente tiene que saber que en otras épocas no tan lejanas era dificilísima la colaboración entre la Iglesia y las administraciones, pero yo he tenido facilidades desde el principio».

el proyecto. El gerente del Consorcio de la Ciudad, Manuel Santolaya, detalló que este proyecto de recuperación de la zona ajardinada, que incluye la rehabilitación del antiguo pórtico como espacio poivalente que también se abrirá al público en unos meses, supondrá una inversión de 250.000 euros que costeará el Consorcio a cambio de que se le ceda este espacio durante veinte años para que pueda llevar a cabo exposiciones, charlas y otras actividades culturales que suele desarrollar la entidad.

En esta intervención, que comenzará en mayo o junio, según calcula Santolaya, uno o dos meses antes de que concluya la rehabilitación integral que se está realizando del edificio que data del siglo XII. Para esta segunda fase la iglesia no aporta económicamente pero sí se encargará del mantenimiento de la zona ajardinada.

El Consorcio está inmerso en un ambicioso proyecto de recuperación de este edificio gracias al convenio suscrito con el Arzobispado en octubre bajo la dirección del arquitecto Javier Camuesco. La intervención en este Bien de Interés Cultural (BIC) incluye la reparación de las cubiertas, la retirada de falsos techos y de otros elementos, la recuperación del pavimento afectado, la limpieza, la reparación y sustitución de las carpinterías de madera de la iglesia y la capilla y la reubicación de las plazas de aparcamiento públicas en el exterior del edificio para alejar el estacionamiento de la iglesia.

Al respecto, Santolaya explicó que el presupuesto de la rehabilitación, que podría concluir a principios de verano, es de 352.000 euros, de los cuales 225.000 euros los sufraga la propia parroquia.