Doble lucha por la igualdad, desde la discapacidad y el género

J. Monroy
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Iris y Beatriz han encontrado en Down Toledo une espacio donde la igualdad es un principio, pero no ven lo mismo en ámbitos como la familia, el trabajo o el deporte

Doble lucha por la igualdad, desde la discapacidad y el género - Foto: Yolanda Lancha

Mujeres, con capacidades diferentes y en ocasiones incluso de zonas rurales. Chicas como Beatriz Caballero e Iris Agudo, de Down Toledo, reconocen que se ha avanzado mucho en materia de igualdad, por ejemplo, desde la época de sus madres, pero todavía queda mucho por hacer, más en la triple condición de muchas de ellas. Pero están dispuestas a dar la lucha, con sus compañeras y también con sus compañeros «porque esto es cosa de todo el mundo».

El caso de Iris Agudo es un hito conseguido. Recuerda que su madre no tenía la oportunidad de ir a nadar cuando era joven. Ella ha logrado representar a España en campeonatos internacionales de natación, todo ello empezando cuando ni siquiera había categorías para que personas con Síndrome de Down pudieran competir. Ha ido abriendo puertas, tirándolas abajo, y a día de hoy suma doce medallas internacionales, además de las nacionales (una de oro, en 50 mariposa; dos de plata; y una de bronce en los últimos nacionales). Desde esa experiencia, Iris no ve nada bien que se destaque más el deporte de los hombres, o que los deportistas masculinos cobren más. Ella tiene que entrenar mucho, quizás más que un chico, por sus condiciones físicas.

Iris también trabaja en el comedor del colegio Ángel del Alcázar. Tras su experiencia se muestra convencida de que «las mujeres trabajamos más, porque tenemos dos trabajos, lo de casa y lo de fuera», por no hablar de los cuidados de los niños.

Beatriz Caballero fue una de las primeras chicas de Down Toledo en encontrar empleo. Lleva ya muchos de Decathlon, donde acude dos días por semana de reponedora. Mientras tanto, continúa con la labor en su asociación y se está preparando unas oposiciones -que se reserve un dos por ciento de las plazas a personas con discapaciad, como marca la ley, es una lucha de entidades como Down Toledo-, hace natación y se mueve «en otros sitios».

En su trabajo, apunta Beatriz, ve igualdad, aunque se lamenta que quizás no ocurra lo mismo en otros lugares. De la misma forma, le digusta que haya hogares en los que la carga se la lleven las mujeres, «no es justo». Todo depende de los puestos de trabajo, pero «no hay igualdad, las mujeres hacemos más cosas que los hombres».

Distintos ámbitos. Dentro del Tercer Sector, mujeres como Iris y Beatriz se están encontrando un ambiente en el que la igualdad es casi un lema, donde además tienen claro que luchar por la misma depende de la lucha de mujeres y hombres. Otra cosa es cuando salen, se van a trabajar, a practicar su deporte, o en muchas ocasiones incluso a vivir con sus familias.

Las entidades del Tercer Sector que trabajan con personas con capacidades diferentes, como Down Toledo, se preocupan mucho de la igualdad y sus usuarios tienen muy pendientes estos valores. Ellos piden a la sociedad que no haya brechas, y predican con el ejemplo. En sus viviendas compartidas con apoyo tienen muy claro que todos hacen todas las tareas, independientemente de su género.

En este caso, el porcentaje de mujeres con capacidades diferentes trabajando no es mucho menor al de los hombres; en este caso el problema es que ellos y ellas encuentran poco trabajo, no parece una discriminación directa de género, más allá que para determinados trabajos de fuerza pidan hombres y para cuidados a mujeres.

La de Beatriz e Iris es una doble lucha. Antes las personas con alguna discapacidad se quedaban apartadas en casa, algo parecido a lo que ocurría con las mujeres. Poco a poco van venciendo ambas barreras. Aunque, todavía queda y Beatriz se muestra contundente, «seguimos luchando por la igualdad».