Dentro de una pretemporada marcada por las ausencias inesperadas (Karim Benzema), por un cambio de sistema (del 4-3-3 al 4-4-2) y por el agujero defensivo que presenta el Real Madrid, la mejor noticia para el combinado de Chamartín fue Jude Bellingham, el fichaje de renombre que ha realizado este mercado de verano y que parece haberse acomodado como un guante al nuevo dibujo que está implementando Carlo Ancelotti.
El inglés encandiló al público que se acercó a ver al cuadro merengue en la gira por Estados Unidos. Cada vez que controlaba el balón, sobre todo el día del debut contra el Milan, la gente jaleaba al que parece destinado a ser el nuevo 'faro' del centro del campo blanco.
Más allá de todas sus capacidades, Ancelotti parece que le ha visto algo para vincularle directamente con el apartado goleador del Madrid. En el Borussia Dortmundo, su anterior equipo, Bellingham casi siempre ocupó la demarcación de interior, dentro de un 4-3-3 bastante líquido, que mutaba en otro esquema según la situación del encuentro.
Así, a sus tan solo 20 años, y tras haber pasado por Inglaterra y la Bundesliga, el británico parece preparado para ser la guinda de una renovación completa de un centro del campo que pasará a ser leyenda del combinado de Chamartín, como es el que formaron, durante muchos años y levantando una gran cantidad de títulos, Casemiro, Toni Kroos y Luka Modric.
En la gira norteamericana, Bellingham es el jugador de campo que más minutos ha acumulado en sus piernas, y eso que cuando fue anunciada su llegada al conjunto blanco se encontraba en la fase final de la recuperación de una lesión de rodilla que le dejó sin jugar en el tramo final de la temporada pasada.
Contra el Milan estuvo 64 minutos sobre el verde y ya se le vio desarrollando el rol de 'falso nueve', ubicado como la punta del rombo que Ancelotti ha ideado para la medular de su equipo.
En el siguiente duelo, ante el Manchester United, abrió el marcado, logrando estrenarse como realizador en su segunda aparición con la camiseta del RealMadrid. Ya en los dos últimos amistosos, contra el Barcelona y la Juventus, dos duelos que perdió el cuadro merengue, el inglés jugó 73 y 90 minutos, respectivamente, un plan que el entrenador italiano ha ejecutado para la aclimatación de, por ahora, su mejor jugador.