La iglesia de la Magdalena será sede del Museo de Bahamontes

J. M. Loeches
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El concejal de Deportes del Ayuntamiento de Toledo, Rubén Lozano, tiene previsto pedir al arzobispado la cesión del lugar, ya desacralizado y sin uso, para cumplir el sueño del exciclista

Hasta 2016, parte de los utensilios de Bahamontes se expusieron en Seseña

El homenaje del pasado domingo al Águila de Toledo por sus 95 años ha reavivado un viejo proyecto que nunca ha llegado a materializarse: el Museo del Ciclismo y de Federico Martín Bahamontes. Equipos de Gobierno anteriores del ayuntamiento capitalino y de la Diputación de Toledo lanzaron ideas que se quedaron en castillos en el aire, pero ahora parece que el nuevo concejal de Deportes, Rubén Lozano, está dispuesto a convertirlo en una realidad.
De hecho, tiene pensada una ubicación que podría ser ideal por todos los detalles que engloba. Es la iglesia de la Magdalena, desacralizada en los años 70 del siglo pasado y que actualmente no tiene ningún uso. Como reconoce el edil, «permitiría pasar de tener un edificio cerrado a un edificio vivo, y a la ciudad le vendría bien».
Además, se trata de un lugar emblemático, al lado de la plaza del mismo nombre que hace muchos años se le dedicó al vencedor del Tour de Francia de 1959 y donde el Águila tuvo su tienda durante décadas. Evidentemente, es propiedad del Arzobispado de Toledo, y el Ayuntamiento tendrá que pedir su cesión.
No parece un proyecto inmediato, eso está claro, pero, al menos, deja ver un poco de luz a un museo que estuvo durante muchos años instalado en las naves de Würth en la localidad de Seseña. La muestra tuvo que ser retirada en 2016 porque la empresa necesitaba alquilar el espacio. Se trataba de una muestra con, entre otros objetos, maillots, fotografías, trofeos y bicicletas, una colección con la que Federico Martín Bahamontes se ha hecho durante toda su vida.
Rubén Lozano insiste en que «es de justicia» tener este museo en Toledo cuanto antes, y espera poder llegar a un acuerdo con todas las partes porque, incluso, se convertiría en un reclamo turístico más para la ciudad de Toledo. Evidentemente, el concejal de Deportes está también en contacto con la hija de Federico Martín Bahamontes, que será quien dé luz verde al proyecto una vez que se tengan atados los demás cabos.
El Águila de Toledo se encuentra actualmente en una residencia en Valladolid. Allí se marchó en marzo de 2020, a Villanueva del Mancio, con su familia vallisoletana, cuando se inició el confinamiento por el COVID-19, y ya no se ha movido. Tras superar un hematoma en el psoas que le mantuvo hospitalizado y le provocó una importante pérdida de masa muscular en 2021. Desde entonces, su estado de salud se ha ido deteriorando, con problemas de movilidad y fallos cognitivos, pero sin perder su porte y su carácter.

Otras ubicaciones que nunca se materializaron

En las últimas décadas, las instituciones han intentado encontrar una ubicación al Museo del Ciclismo y Bahamontes, pero nunca han llegado a buen puerto. Un edificio de la Diputación, en la subida de la Granja, o los salones del restaurante Sancho IV han optado a albergar la colección, pero no se materializaron.

Una de las personas que más tesón mostró por el museo fue la actual alcaldesa de Guadamur, Sagrario Gutiérrez. Cuando ostentaba el cargo de diputada de Deportes en la Diputación de Toledo, eligió un edificio del ente provincial, situado al lado del principal, que se usaba para los servicios de Cultura y Deportes, y que, anteriormente, pertenecía a la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha para acoger Sanidad y Consumo.

Pero la realidad es que la promesa de 2014 ahí se quedó. Tampoco tuvo recorrido la propuesta que el propio Federico Martín Bahamontes realizó hace unos años al exconcejal de Deportes del Ayuntamiento de Toledo Pablo García. Su objetivo era la adquisición de los salones del restaurante Sancho IV, pero al ayuntamiento le pareció caro el ofrecimiento.

Hay que recordar que el Águila de Toledo ha acumulado durante muchos años la ropa con la que competía, tanto los maillots como las zapatillas. Sin embargo, Bahamontes no sólo cuenta con sus objetos personales en su colección, sino que también ha reunido las elásticas de todos los ganadores españoles del Tour, desde el suyo propio hasta el de Contador, entre otros artículos de gran valor para quienes aprecian el ciclismo.