La etiqueta que da futuro a la automoción

C.C. (SPC)
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La inversión en un vehículo sostenible y ecológico, además de permitir circular por las zonas de bajas emisiones de los centros urbanos, asegura la viabilidad de la industria de la automóvil que pasa por una gran transformación

La etiqueta que da futuro a la automoción

En todo el mundo se producen cada día millones de desplazamientos de personas que utilizan diferentes medios de locomoción para ir a sus trabajos, hacer compras, llevar a sus hijos al colegio, acudir a los hospitales o, por ejemplo, viajes de turismo. La industria de la automoción actual trata de dar soluciones que garanticen una movilidad eficiente y sostenible mediante nuevas motorizaciones más ecológicas y, además, generar un importante volumen de negocio en un momento difícil de grandes cambios. 

En este contexto, existen proyectos de enormes inversiones económicas que pretenden convertir a España en el hub europeo líder en movilidad eléctrica. El gran reto es modernizar la automoción, impulsar la movilidad sostenible y promover un cambio que sus responsables han calificado de «histórico».

La industria del automóvil asegura que va a invertir en los próximos años más de 10.000 millones de euros, de los que 7.000 millones provienen del Grupo Volkswagen, Seat SA y PowerHoldco, y los otros 3.000 del resto de los socios. De esta suma, 357 millones han sido facilitados por el Gobierno a través de los Fondos de Resiliencia y Transformación Next Generation.

Para promover este avance y, además, mejorar el medio ambiente, las ciudades también han dado los primeros pasos y, desde 2016, se han empezado a aplicar unas nuevas restricciones de tráfico que exige disponer de una etiqueta verde para circular por las calles de sus centros. El uso de este distintivo define la eficiencia energética y el impacto ecológico. 

Ante esta realidad, se han ido creando nuevas limitaciones para transitar en grandes urbes como Madrid y Barcelona. Así, el 20 de mayo 2021 se creó la Ley de Cambio Climático y Transición Energética, concebida para obligar a todas las localidades que tengan más de 50.000 habitantes a establecer nuevas Zonas de Bajas Emisiones.

En el parque móvil español, de los más de 25 millones y medio de vehículos que lo componen, más de 14 millones (55,7%) tienen motorizaciones diésel; algo más de 10 millones (39,5%) funcionan con gasolina; 927.715 (3,6%) son híbridos no enchufables y solo 226.111 (0,9%) son coches electrificados.

La cifra de automóviles eléctricos e híbridos no enchufables que circulan por las carreteras del país se acercan ya al medio millón de turismos, según las cifras aportadas recientemente por la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (ANFAC). 

El Ejecutivo espera que este número pueda subir hasta situarse en los cinco millones para 2030, aunque la cifra real se encuentra muy alejada de esta meta. Las pocas ayudas económicas (15% desde este pasado 1 de julio), el alto coste de la energía, su baja autonomía, la infraestructura necesaria para su recarga y el elevado precio de los modelos eléctricos son algunas de las razones por que no se avanza.

El motor que se impone

Los expertos destacan que lo único que está claro es que el futuro de la automoción será eléctrico. Esta es la gran apuesta inversora de la industria con la que espera asegurar tanto los miles de millones de beneficios que genera en todo el mundo como los miles de trabajadores que emplea.

Se trata de una carrera que avanza más lentamente de lo esperado, que tiene abiertos muchos procesos de desarrollo que marcarán el futuro y el liderazgo de las empresas tecnológicas de este sector.