Javier del Castillo

Javier del Castillo


Alcaraz

18/07/2023

Ayer fue portada de los periódicos de medio mundo. Y, si su nombre apareciera el domingo encabezando una papeleta electoral, ganaría por mayoría absoluta. Pero, desgraciadamente, Carlos Alcaraz no compite en las elecciones. 
El deporte en España va por un lado y la política por otro. A ningún político – por poner sólo un ejemplo – se le ocurriría abrazar al adversario derrotado y confesarle: «fuiste mi inspiración, me inspiraste un montón». Ni al perdedor elogiar al ganador. ¿Se imaginan a Sánchez ensalzar la trayectoria de Feijóo o al candidato popular reconocer algún servicio prestado por el candidato socialista?
Los valores del deporte desaparecieron hace ya bastante tiempo de la política española. Pero, si de algo puede presumir España fuera de nuestras fronteras, es de sus grandes deportistas. De unos profesionales que, con sus éxitos, hacen más por la Marca España que todas las campañas institucionales juntas. 
Alcaraz ha demostrado más cariño, más respeto y más generosidad por Felipe VI que quienes juraron o prometieron la Constitución al inicio de la legislatura que acaba de terminar. También bastante más sentido del humor que los aspirantes a gobernar nuestro país durante los próximos cuatro años.  
Alcaraz es el nuevo niño prodigio. Una prolongación de Rafa Nadal, que ganaba sus primeros Roland Garros cuando el murciano de El Palmar apenas tenía unos añitos. Grande dentro y fuera de las pistas, el nuevo número uno del tenis mundial encarna valores que se echan en falta en la campaña electoral: el juego limpio, el respeto al adversario y la confrontación de ideas de forma civilizada.
Alcaraz nos recuerda a leyendas que forman parte de nuestra memoria colectiva. Manolo Santana, nuestro paisano Federico Martín Bahamontes, Paquito Fernández Ochoa – campeón del mundo cuando aquí nadie esquiaba -, Ángel Nieto, Severiano Ballesteros – en otro deporte minoritario -, Carlos Sainz (padre), Fernando Martín, Pau Gasol, Miguel Induráin, o el piloto de Fórmula 1, Fernando Alonso, y la nadadora Mireia Belmonte, ambos todavía en activo. 
Con tan solo 20 años, Alcaraz ha conseguido destronar a Djokovic (36 años) y ganar Wimbledon, el torneo más importante del mundo. Una hazaña que Santana logró en 1966 y que Nadal repitió en dos ocasiones, más de cuarenta años después (2008 y 2010). Manolo, con 28 años, y Rafa, con 24. 
Sin duda, la victoria de Alcaraz es la noticia más destacada en vísperas de la final del próximo domingo.