Resonaban celestiales las voces de los Seises de la Catedral de Toledo en la Plaza Mayor de Madrid antes de que se hiciera el silencio. Niños y mayores contemplaron extasiados el paso de sus Majestades de Oriente, los Reyes Magos, que sonrientes pasaron en su camino no hacia Belén, sino hacia Toledo. Más concretamente hacia Puy du Fou, que será su hogar del 2 de diciembre al 4 de enero. Allí recibirán cada día a los visitantes a partir de las siete de la tarde, ya que hasta esa hora  los visitantes podrán disfrutar de Él último cantar, El misterio de Sorbaces o A pluma y espada, entre otros grandes atractivos que ofrece de manera habitual esta instalación temática. Será con la noche ya sobre Toledo cuando la segunda temporada del parque cobre vida con la solemne entrada de Melchor, Gaspar y Baltasar. Ellos serán los protagonistas de una comitiva en la que habrá bailarinas, pastores, ovejas, guerreros, camellos y, por supuestos, gigantescos carros con regalos, entre los que no faltarán el oro, el incienso y la mirra. Una fantástica cabalgata navideña, con las calles engalanadas como requieren «tan ilustres visitantes», que acabará con un gran espectáculo de pirotecnia, tras el cual se encenderá el «gigantesco» mercadillo de Navidad. «Lo que queremos es compartir el sueño de Navidad con la gente», remarcó ayer el consejero de Puy du Fou España, Erwan de la Villéon, que recordaba que el pasado año, en el estreno de esta temporada navideña, esperaban 30.000 personas «y recibimos 50.000», por lo que en esta ocasión confían en llegar a los 70.000 visitantes.

Aunque los protagonistas absolutas de esas semanas serán los Reyes Magos -«reciben a cada niño y saben sus nombres y sus aficiones: los niños flipan en colores, pero es que son Reyes», asegura De la Villéon-, el parque apuesta en esta segunda edición por un nuevo espectáculo, Sueños de un ángel pícaro. «Es la historia de aquel 24 de diciembre que cambió la faz de la Tierra contada por un ángel, pero no uno cualquiera sino Carrillos, el encargado de tocar la trompeta cada vez que Dios  está contento, es el heraldo celeste. Y él desde arriba es el que mejor lo ve y por eso lo cuenta. No solo cuenta cómo llegaron María y José al pesebre sino cómo llegó a componerse todo ese belén  que ahora conocemos», detalla el consejero delegado, que remarca que ese ángel pícaro contará también la historia de cada figurita. «Es un gran espectáculo de 20 minutos con más de 100 personajes y con distintas alturas, hasta 15 metros, con todos los recursos que tiene Puy du Fou para contar lo que consideramos es la historia más bonita que se puede contar», apunta De la Villeón.