No vivimos en una región libre. Estamos secuestrados por los intereses partidistas y personalistas de aquellos que gobiernan desde el Palacio de Fuensalida. Todo para que Pedro Sánchez se mantenga en La Moncloa.
Pero, realmente, esta no es una apreciación acertada, porque quien tiene secuestrada a las instituciones nacionales son los partidos independentistas. Nos han metido matraca con que ha ganado una apuesta progresista para España, ¿en serio? ¿Bildu es progresía? Junts y PNV son dos ejemplos de conservadurismo político, con ciertos tintes supremacistas rayando la xenofobia en algún que otra ocasión y que, nunca han velado por el bien común, sino por el bienestar propio y del pesebre de sus allegados.
Ya les advirtió Feijóo que, en breve, el PSOE les usará como Kleenex de usar y tirar. Le llegará una dura travesía del desierto a un PNV que se avista perdedor en País Vasco esta primavera del 2024. Aitor Esteban, portavoz peneuvista en la Carrera de San Jerónimo, que se piensa superior a lo que idean o piensan los de la meseta castellana, equivocó su postura al cerrar la puerta a un cambio en el gobierno en favor de Feijóo.
Unos lo llaman cordón sanitario, otros tozudez, otros cabezonería. Si se ofende porque no le bailan el agua, sobre todo el que procede de la Terra Galega, es porque cayó en la trampa del populismo izquierdista. A ver quién le saca ahora del pozo al pobre de Aitor y su tractor.
En Castilla-La Mancha por ahora, más cordón sanitario. El rodillo ha empezado por cambiar la forma de trabajar, mejor dicho, de no trabajar en las Cortes Regionales. El debate sobre si Gilitos se mantiene o lo llevan a otro lugar, pero lo importante, que es lo que allí se debate, en puro y absoluto silencio. Se querrá parecer a Pujol y su famoso 'aixó no toca' como acostumbra con los que no le hacen entrevistas-masaje.
Sólo se habla de lo que a Page le embelesa, porque el discurso en Cuenca en el Congreso de turismo y gastronomía sobre la cocina y la política española fue de vergüenza, para él y para los que le escriban los renglones torcidos de sus intervenciones. Y era lunes, que venía descansado, imaginen como va a llegar al jueves. Sin palabras.