Nicu defiende que la muerte del hijo fue homicidio imprudente

J.Moreno
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El acusado asegura que cogió el cuchillo para intimidar y mató a Sorin sin intención. En cambio, la madre y la pareja de la víctima, testigos, dan una versión opuesta de los hechos

Nicu defiende que la muerte del hijo fue homicidio imprudente - Foto: ISMAEL HERRERO

Nicu Postolachi lucía ayer un bigote fino y apoyaba los pies sobre las punteras mientras el fiscal descargaba la munición contra el acusado de asesinar a su hijo Sorin en la urbanización Calalberche de Santa Cruz del Retamar. Así comenzaba el juicio con Tribunal del Jurado en la Audiencia Provincial. Un caso extraordinario por ser un filicidio. El interrogatorio quedó limitado porque el procesado sólo quiso atender preguntas de su abogado, procedente del turno de oficio. «Fue sin querer, no tenía intención», aseveró para defender que el delito sea homicidio imprudente. Una versión opuesta a la de la madre de la víctima y a la de la viuda.

Nicu Postolachi y Sorin estaban acompañados aquel domingo 11 de octubre de 2020, víspera de festivo. La madre y la pareja sentimental de la víctima testificaron ayer sobre los hechos del acusado. «Decía: 'te voy a matar, te voy a matar'», aseguró Liliana, la todavía esposa de Nicu, quien no recordaba el apuñalamiento mortal. No obstante, sí escuchó a su vástago en los estertores: «Mamá, me ha pinchado. Mamá, me muero».

Se trataba, según su testimonio, de otra amenaza grave del padre contra el hijo, cuyo desenlace fue en este caso la muerte de Sorin, un hombre de 35 años y con dos hijos. Liliana mencionó también el desdén de su marido ante la gravedad de los hechos: «Y qué». Así replicó Nicu a su cónyuge cuando le recriminó el apuñalamiento mortal en el pecho.

Nicu y Sorin compartían inmueble, una construcción de dos plantas con entradas independientes. Pero el hijo y su pareja, Mónica, buscaban otro piso de alquiler después de dos años de una convivencia más estrecha con el procesado y su esposa. «La relación con Nicu era buena, pero se enfadaba a veces», explicó la viuda, quien pasó ese domingo con Sorin de barbacoa en casa de unos amigos en Calalberche.

Mónica y Sorin habían compartido 11 años de su vida con el fruto de dos hijos, con 4 y 6 años en el momento de los hechos. Los nietos frecuentaban a los abuelos. Pero la relación familiar estaba torcida. «El ambiente estaba caldeado entre los dos», vino a decir el fiscal en su exposición sobre la relación entre padre e hijo. El ministerio público pide 25 años de prisión por asesinato con la agravante de parentesco.

Mónica detalló que Sorin bajó aquella noche a la casa de sus padres para reprochar a Nicu el comportamiento con su madre, una mujer que había sufrido amenazas de muerte. La misma Mónica lo acompañó preocupada. «Decía: ven», imitaba los gestos de su suegro aquella noche. Eran unos movimientos retadores. Nicu y Sorin, aquejado de una hernia discal, se encararon dentro de la vivienda. Entonces, según la testigo, el acusado se fue a la cocina y regresó con un cuchillo. «Fue muy rápido y muy fuerte», describió. Acertó a ver cómo su suegro alzaba el brazo con el arma blanca, pero no exactamente la cuchillada. «No tuvo tiempo de defenderse», asegura sobre lo inesperado del ataque. Sorin dio apenas unos pasos y cayó al suelo con una herida mortal de necesidad.

Nicu, en cambio, afirmó que cogió el cuchillo tras caer contra una estufa empujado por su hijo. «Entró como un toro», describió. Sólo pretendía intimidar a Sorin.

Mónica negó que Nicu, como había afirmado en el interrogatorio, tuviera síntomas de embriaguez. Los médicos que lo atendieron horas después tampoco apreciaron indicios.

«Sorin no pensaba que su padre lo fuera a matar», comentó y añadió que su marido había sufrido malos tratos de niño con marcas en el cuerpo. Pero ninguna tan grave como la herida de aquella noche del 11 de octubre de 2020.

 

El acusado «estaba muy tranquilo haciendo la maleta»

La acusación particular detalló que el acusado tenía ya antecedentes por un delito de lesiones por malos tratos a su esposa

Las testigos presenciales, Liliana y Mónica, coincidieron ayer en el comportamiento de Nicu tras el apuñalamiento. «Estaba muy tranquilo haciendo la maleta», aseguraron ambas en sus declaraciones. Mónica llamó a los servicios de emergencias. Allí se presentó la Guardia Civil.

El conocido abogado Jaime Sanz de Bremond, que defiende los intereses de la pareja y los hijos de Sorin, detalló que Nicu fue condenado antes de aquella noche del 11 de agosto de 2020 por un delito de lesiones por malos tratos contra su esposa.

El Gobierno de España está representado también en este juicio con la presencia de un abogado del Estado porque ha adelantado más de 52.000 euros a la pareja de Sorin y a sus dos hijos como anticipo de la indemnización. Concretamente, unos 12.800 euros por cada hijo y 25.600 euros a la madre.

El juicio se retoma hoy a las 9:30 horas con las pruebas testificales de la Guardia Civil y las periciales de los médicos forenses y del servicio de Criminalística de la Benemérita de Madrid, así como los facultativos de Biología del Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses de Toledo y Ciudad Real.