Un libro alerta del «trabajo de esclavitud» en países ricos

Á. de la Paz
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El sindicalista belga Luc Cortebeeck presenta en la sede regional de CCOO un trabajo sobre sus años de experiencia en la Organización Internacional del Trabajo

Un libro alerta del «trabajo de esclavitud» en países ricos. - Foto: La Tribuna

El sindicalista belga Luc Cortebeeck ha presentado en Toledo su libro Aún queda trabajo por hacer. El futuro del trabajo decente en el mundo, una obra que recorre su experiencia como representante de los trabajadores en todo el mundo a través de la Organización Internacional del Trabajo (OIT). La sede regional de CCOO ha acogido un evento que fue prologado por Paco de la Rosa, secretario general del sindicato en Castilla-La Mancha; María Ángeles Castellanos, secretaria de Políticas Sociales, Agenda 2030 y Empleo de la central y Félix Peinado, director de la Oficina de la OIT para España.

El texto desgrana algunas de las condiciones que siguen marcando de manera negativa el ejercicio profesional en todo el planeta. Los retos para una mejor regulación laboral trascienden de «los países en desarrollo», aquellos en los que los trabajadores, por el menor dinamismo económico de las economías en las que operan, podrían estar en una peor situación. La presencia de algunas formas de «trabajo de esclavitud» perviven en los estados más avanzados. Cortebeek cita la «agricultura en España y otros países europeos» como ejemplos de la falta de derechos de quienes se emplean en esta actividad.

«Hay organizaciones sindicales que hacen convenios colectivos en la agricultura, algo que no es nada fácil. Es tiempo de formalizar el trabajo informal», apunta el sindicalista adscrito a la OIT. Durante sus viajes por el mundio, visitas que incluyen países como Colombia, Guatemala, Qatar o Myanmar, Cortebeek ha conocido realidades hostiles para los trabajadores. «En Colombia nos reunimos con familiares de varios de los 200 sindicalistas asesionados», relata. «En Bélgica, mi propio país, hace dos años, una empresa de construcción tenía a sus trabajadores en la misma situación que los de Qatar», añade.

«Queda trabajo por hacer, el pleno empleo no es una ilusión», apunta el belga. «El sindicalismo es un trabajo que no termina», insiste. El autor estima que la función de los sindicatos es agradecida por las diferentes sociedades, un empeño que explica el éxito del propio libro.

Por su parte, De la Rosa agradece una obra que detalla el trabajo que los representantes de los trabajadores realizan en favor del empleo. El relato de Cortebeek ha consistido, según el máximo responsable de la central en la región, en «escribir sobre lo que hemos hecho, lo queda por hacer y lo que no se ha hecho».

El representante de la OIT en España aplaude un relato que le «ha iluminado en muchas de las cosas de las que tenía una comprensión vaga» y cita como ejemplo, «el debate sobre el derecho a la huelga». Peinado define a Cortebeek como «la máxima figura sindical en la OIT y una figura clave en los últimos 20 años del sindicalismo global».