Ciento sesenta años no se cumplen todos los días. Y menos aún brillando -nunca mejor dicho- como el primer día. Fue en 1861 cuando la familia Yanes, con el maestro toledano -de Malpica de Tajo- Claudio Yanes a la cabeza, arrancó una historia de amor con la joyería que, cinco generaciones después, aún continúa. Porque el amor, como se repitió ayer en la presentación en Madrid de la exposición que conmemora ese aniversario, mueve el mundo.

El 'Cantar de los Cantares' y el 'Ars Amandi' de Ovidio han inspirado a Jesús Yanes Marchante, «un joven empresario», como lo definió con una sonrisa el presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, para diseñar esta «colección única», 'Arte de Amar, que durante esta semana se podrá contemplar en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando de la capital. A sus 90 años, el presidente de honor de la firma Yanes ha dedicado su tiempo y su ilusión a crear 18 piezas únicas de alta joyería valoradas en total en cuatro millones de euros. «Se viste de gala una colección a la que he dedicado siete años de mi vida», apuntaba un emocionado Yanes que resaltó que «el amor» siempre ha marcado su trayectoria. «El amor a mi mujer, a mi familia y también, claro, a la joyería», insistió quien consolidó en el siglo XX una firma que se ha convertido con los años en la predilecta de la Casa Real. Y es que desde la boda de Alfonso XIII con Victoria Eugenia en 1906, cuando recibieron numerosos encargos para tal acontecimiento, la firma de origen toledano estuvo siempre ligada a la Corona. Aún hoy tanto Doña Sofía como Doña Letizia suelen lucir alguna de sus creaciones. Sin ir más lejos, la pasada semana en Pamplona, la Reina eligió unos pendientes de una de sus colecciones, 'Alianzas que nos unen'.

 «Hay que poner en valor la joyería, un sector que une la cultura, la belleza y la empresa», subrayó Garamendi, en una reflexión respaldada también por Armando Rodríguez, secretario general de la Confederación de Joyeros de España; y Julia González, directora Madrid Joya, que asistieron a este homenaje no solo a un artista y orfebre, como a él le gusta definirse, sino a todo un gremio. «Las joyas son productos únicos que aportan un valor emocional equivalente a regalar una rosa», apuntó Jesús Yanes López, miembro ya de la quinta generación de esta familia de empresarios que sigue llenando de distinción y elegancia los joyeros de medio mundo (la empresa facturó 4,9 millones en 2022, un 21 por ciento más que en 2021) 160 años después de que Claudio Yanes decidiese dedicarse a este sector cuando tuvo ante sí el tesoro visigodo de Guarrazar hallado en la localidad de Guadamur a mediados del siglo XIX.