Los ladrones se tomaron hasta las latas de coca-cola que guardaban los empleados municipales en un frigorífico. Lo cuenta el alcalde de Torrico, David Sánchez, aún estupefacto por la tanda de denuncias acumuladas durante el fin de semana. El Ayuntamiento y al menos ocho viviendas figuraron en el listado de objetivos de unas horas de espanto en esta localidad de 700 empadronados. Tanto, que la alerta ha cundido ya por la Campana de Oropesa.

Este diario informó ya el 22 de febrero de los robos y las ocupaciones que habían puesto sobreaviso a los vecinos de la comarca. Pero el fin de semana pasado ocurrió lo inesperado. «No te esperas estas cosas. Nunca había pasado en el Ayuntamiento», reconoce el alcalde, con una larga experiencia ya al frente del Consistorio.

Los individuos utilizaron guantes y forzaron la puerta trasera del Ayuntamiento. Una vez dentro, hicieron lo mismo: franquear más puertas. Se llevaron dinero en metálico de los pagos vecinales de los días anteriores. Una cantidad pequeña, pero que no borra el susto. Las oficinas estaban revueltas, con documentos rotos.

El alcalde y los vecinos se desayunaron el sábado con la primera tanda de robos. Los autores forzaban las puertas, cometían la fechoría y volvían a colocar el bombín en su sitio para que pasara inadvertido el robo. Entonces, el Ayuntamiento informó ya a la Guardia Civil de los primeros sucesos.

Horas después, llegó la segunda ronda y el turno del mismísimo consistorio. Como en tantos pueblos, los ladrones aprovecharon las segundas viviendas de las familias para cometer los delitos en unas casas vacías, sin consumo de electricidad, como supuestamente observaron en los contadores. Revolvieron todo y se llevaron joyas.

Los ayuntamientos de la comarca están muy atentos y han difundido inmediatamente los robos para poner en alerta a sus vecinos. Han ocurrido recientemente robos en Lagartera, Calzada de Oropesa y Valdeverdeja. «Ante cualquier cosa extraña de coches o personas que veáis por el pueblo, llamen urgentemente al 062», conminaba el Ayuntamiento de Caleruela.

Y el de Alcañizo lanzaba dos advertencias ayer en pocas horas. «Están entrando en casas en las que el contador está con la luz en rojo, es decir, que no tienen ningún consumo. Sería conveniente tener algo enchufado con un consumo mínimo como el frigorífico para que parezca que están habitadas dichas viviendas», aconsejaba después de detectar este modus operandi en Torrico, cuyo ayuntamiento sí frustró el robo de cable de cobre de una instalación obsoleta, preparado en pleno campo para quemar y obtener el metal.

«Pueden poner un palillo en la cerradura y observar durante los próximos días si alguien lo ha retirado, y así corroborar que no vive nadie . También pueden poner alguna piedra o papel en una persiana , puerta o demás sitios estratégicos que puedan hacerles saber si vive alguien. Por eso es tan importante que en las casas de los vecinos que no vivan en el pueblo, observéis estos pequeños detalles», sugería el Consistorio de Alcañizo para evitar más víctimas.

El Ayuntamiento de Torrico evidenciaba la sensación de inseguridad. «Queremos transmitiros algo de tranquilidad comunicando que, próximamente, serán instaladas las cámaras de seguridad solicitadas hace un tiempo, en los puntos más estratégicos del pueblo», incidía.