La Biblioteca de Castilla-La Mancha acogió la presentación de Desarrollo Técnico y Jurídico de la Futura Smartcity, una obra escrita por Federico Dilla y Consuelo Sánchez-Castro, dos profesores de la UCLM que investigan sobre el impacto que los datos abiertos y la inteligencia artificial tienen en el planteamiento urbanístico de las ciudades.
El ensayo incluye «los aspectos positivos y los negativos» que genera la nueva realidad tecnológica, un escenario transformador para las grandes urbes que puede tanto propiciar nuevas oportunidades como crear amenazas hasta la fecha desconocidas. La regulación técnica del urbanismo tecnologizado y la protección de la identidad y los datos de cada ciudadano emergen como los dos grandes retos en este proceso de cambio.
La eficiencia energética, el transporte de viajeros y mercancías, la mejora de la gestión de infraestructuras básicas como el agua o la basura, y la ordenación del tráfico rodado y el aparcamiento son algunos de los temas que desgrana el libro.
«Lo que diferencia a las ciudades inteligentes es que se le pone un chip a cada cosa», explica Dilla. «En ese chip se reciben datos y también se ofrecen». La información recabada permitiría, por ejemplo, conocer el momento exacto de la llegada de un autobús o el consumo de agua realizado por un hogar. «Hay grandes ciudades como Tokio o Berlín que han transformado sus debilidades en fortalezas gracias a la idea de la smartcity», asegura Sánchez-Castro. «Lo que no podemos es dejar que nos sobrepase todo el desarrollo técnico, es posible hacerlo», insiste.
La protección de los datos «es la piedra angular» del proceso de cambio. «Esto se hace por niveles, a través de una suerte de Gobierno abierto en el que el ciudadano participa. Tal Gobierno tiene que tener las ideas claras respecto a lo que demanda la gente, lo que se necesita y dónde se ha de invertir el dinero para no tener barrios gueto», añade Dilla.
En el caso de Toledo, Sánchez-Castro alude al proyecto de eficiencia de los autobuses urbanos de Toledo, implantado en 2018, como un primer paso para la transformación de la capital regional en una ciudad inteligente.