Esaú a campo, y corazón, abierto

Mario Gómez
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El diestro de Camas, afincado en Mocejón, continúa su preparación de cara a uno de los compromisos más importantes de los últimos años, el Domingo de Ramos en Las Ventas

El diestro suma ya 12 años de alternativa desde que se doctorase en La Maestranza de manos de Morante de la Puebla. - Foto: M. Gómez

Ha cambiado las orillas del Guadalquivir, por las vegas del Tajo. Esos fértiles páramos donde pasta parte de la vacada de Alfredo Ruano y en la que el matador de toros Esaú Fernández continuaba su preparación el pasado domingo de cara a una temporada que se antoja fundamental para un torero en plena madurez.

Sin duda en el horizonte del sevillano se atisba el compromiso del Domingo de Ramos en Las Ventas. Precisamente la cita en la primera plaza del mundo es el escenario idóneo para que su carrera termine de lanzarse.

Una fecha con tanto peso en el calendario cofrade y taurino, en la que este matador de toros hará frente a astados de Pallarés y Los Maños. Ambas de procedencia Santa Coloma para una fecha en la que a buen seguro, espera que la de Jerusalén, no sea la única entrada triunfal. Lo hará junto a Adrián de Torres y Gómez del Pilar.

Esaú a campo, y corazón, abiertoEsaú a campo, y corazón, abiertoAfincado en Mocejón, donde se encuentra en uno de sus mejores momentos personales, pues acaba de ser padre con la cantante toledana María Toledo, Esaú viene atravesando un momento de madurez labrado en base a los resultados de las últimas campañas. 

Lejos de los circuitos de las grandes ferias, el camero ha sabido continuar ahondando en su tauromaquia y profundizando en su preparación a base de torear bastante y triunfar casi a diario; lo que le permite llegar a Madrid «en el mejor momento».

Atrás quedan sinsabores, tragos amargos y temporadas de escasos contratos. Esaú mira al futuro, sin perder la sonrisa, ese carácter cercano, afable y casi bonachón. Tiene en su mano la moneda para cambiar su futuro, para dar sentido a una carrera en la que, a pesar de su juventud, lleva más de una década de matador de toros. No hay una mala palabra, ni reproche alguno en su boca, mira a su situación desde la convicción serena de que todo pasa por algo y que desde su última comparecencia en Madrid, «todo este tiempo ha servido para evolucionar como torero, saber esperar es clave». Quizá dentro de ese aprendizaje, se incluya la necesidad de tocar fondo, de momentos duros, para definir, aún más «dónde quieres llegar».

Un lustro en el que Esaú ha sabido labrar a fuego lento un rodaje en su toreo, ahondar en la tauromaquia, hacer brotar sapiencia para resolver las tesituras que los diferentes toros le brindan.

No ha renegado de ningún encaste, ni ha rehusado actuar en ninguna plaza, ha compartido cartel con muchísimos toreros, y no ha cejado en su empeño. Las redes sociales han servido de escaparate para que los aficionados conocieran también las intensas y constantes cargas de trabajo con las que el diestro se ha ido preparando para mantener el cuerpo a punto. 

Quizá una de las facetas de su preparación que más destaca es la del gran número de tentaderos que realiza cada temporada. Esaú goza del privilegio de ser de esos toreros que 'sirve' mucho a los ganaderos para ver qué llevan realmente sus animales dentro. Por ello no es complicado ver al sevillano en jornadas maratonianas de varios días, en ocasiones mañana y tarde, recorriendo ganaderías y descifrando embestidas.

Así fue el pasado domingo cuando en la ganadería de los Herederos de Alfredo Ruano. Esaú se puso frente a los productos de esta joven vacada toledana desentrañando lo que estas embestidas de sangre Cuvillo guardan. Con solo un puñado de testigos, con el Tajo como silencioso observador, con un grupo de jinetes que ayudaron a frenar a las becerras. Momentos de toreo roto y abandonado en los que el diestro pudo mostrar su poder, ser látigo y seda; apretar por bajo las acometidas para exigir a las vacas, y correr la mano por ambos pitones con mucho gusto.

Está en un momento de dulce y, ahora que ya no se suman los días, sino que descuenta las horas para volverse a ver en Las Ventas, vestido de luces, Esaú sabe que el trabajo está hecho, y toca refrendarlo en el escenario más importante del mundo.

«Estoy contento. Anunciarse en Madrid es el fruto y la recompensa a todos estos años de esfuerzo».