«Hay que mejorar el problema de aparcamiento». Así de claro lo tiene el alcalde de la ciudad, Carlos Velázquez, cuando se aborda la escasez de plazas en las cercanías del Hospital Universitario, un centro hospitalario que recibe un gran número de pacientes y acompañantes a diario. Esta problemática también se puso esta mañana a primera hora encima de la mesa en la reunión que mantuvo con el consejero de Fomento, Nacho Hernández, por la posibilidad de habilitar una de las cinco parcelas que se encuentran en la zona, algunas propiedad de la Junta.

Todo indica que ambas administraciones están de acuerdo en plantear una solución, con lo que  Velázquez anunció al término de la reunión que tanto Fomento como el Ayuntamiento «se van a dar un tiempo» para analizar si en alguna de las cinco parcelas actualmente sin uso podría encajar un aparcamiento disuasorio que ayude a mejorar el aparcamiento en la zona. 

De momento, no se pudo concretar más sobre esta iniciativa, ni siquiera si será un párking gratuito o de pago, porque lo principal en estos momentos pasa porque ambas administraciones coincidan en que una de las cinco parcelas pueda iniciar esa reconversión, teniendo en cuenta la que sea «más sencilla técnicamente y más viable».

Por su parte, el consejero de Fomento, Nacho Hernando, reiteró la misma idea, pero avanzó que en el caso de que la iniciativa salga adelante será necesario «hablar con todo el mundo» para evitar que la empresa concesionaria del parking de pago del hospital pueda salir perjudicada. 

«Se trata de tomar decisiones que beneficien a todo el mundo», explicó, consciente también de que en algunas de las parcelas señaladas como posible aparcamiento disuasorio «hay intereses privados», lo que obliga también a la Junta y al Ayuntamiento a ponerse en contacto con esas empresas para conocer de primera mano «qué intereses y plazos manejan» antes de avanzar o plantear cualquier iniciativa.

una idea del PMUS. El documento inicial del Plan de Movilidad Urbana Sostenible (PMUS), ya planteaba hace un par de años la posibilidad de habilitar un aparcamiento disuasorio en la zona suroeste cercana al hospital con la intención al mismo tiempo de liberar plazas de aparcamiento de las calles para los vecinos, dado que quedaba descartado instaurar la ORA.

El documento no detallaba las dimensiones ni la cantidad de plazas necesarias, pero sí definía el modelo de gestión, puesto que se apostaba por un recinto con barrera y control de pago que, en principio, sería gratuito para los residentes en Toledo capital. 

La idea coincidió también con la puesta a disposición del público del aparcamiento subterráneo del hospital, que contribuyó una merma importante de plazas destinadas a los trabajadores.