«Un país sin inversión en investigación se acerca a la ruina»

J. Monroy
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Manuel Sánchez de la Torre es el nuevo Director Científico del Idiscam, es decir, la cara de la investigación médica en la región

Manuel Sánchez de la Torre. - Foto: Carlos Monroy

Acaba de tomar posesión como director científico del Idiscam. Manuel Sánchez de la Torre es el nuevo hombre fuerte de la investigación médica en la región, a la que quiere situar en una situación de excelencia, como hizo ya en su anterior destino en Lérida. 

¿Qué aporta Idiscam a Castilla-La Mancha?

Tengo una ilusión que no tiene que ser mía, tiene que ser de todos los que formamos parte de este territorio, porque ya he vivido esto, he recorrido este camino. Vengo de un entorno que territorialmente era pequeño, Lleida, pero donde el valor que genera una institución como el Idiscam tiene una escalada y una magnitud de las que la gente no es consciente. Genera un antes y un después que son difíciles de imaginar.

¿Qué le llamó la atención para aceptar la oferta del Idiscam?

Esta es un oferta del territorio, una oferta muy potente de un proyecto, como Idiscam, del que forman parte cuatro grandes entidades, el Sescam, la Universidad de Castilla-La Mancha, la Fundación del Hospital Nacional de Parapléjicos y la Universidad de Alcalá de Henares. Conseguir poner de acuerdo para una iniciativa a los grandes estamentos de una comunidad es algo poco frecuente. Lo que me encontré aquí desde el principio, y fue parte de lo que me convenció para venir, es que era una propuesta de territorio muy potente y con una proyección muy clara, donde están alineados los elementos que toman las decisiones sobre las políticas científicas territoriales.

Llega a Toledo en un momento muy incierto en la investigación mundial pero muy esperanzador, con la inteligencia artificial, que parece que lo va a poner todo patas arriba.

No creo que sea tanto así. Doy clases en la UCLM. En los últimos cursos de Medicina, sobre todo este último año, he visto que los alumnos muestran cierta preocupación sobre su futuro profesional. Creo que las grandes innovaciones tecnológicas siempre llevan miedo asociado. Es normal. Así ocurrió cuando llegó internet, la informática y ahora la inteligencia artificial. Yo doy a entender a mis alumnos que son oportunidades para crecer como sociedad, donde evidentemente tiene que existir una regulación, un uso adecuado de esos medios. Al final son herramientas que nos van a permitir trabajar mejor, científicamente, en muchas aplicaciones. Lo veo como una ventana de oportunidad muy buena para desarrollar distintos elementos de investigación muy potentes.

Dicen que un seis o siete años la sanidad y la vida en general habrá cambiado mucho. ¿Están exagerando?

No sé hasta qué punto será una exageración, pero desde luego que se harán aplicaciones de medicina de precisión más inteligentes. La medicina de precisión es algo en lo que el Instituto de Salud Carlos III está trabajando intensamente en convocatorias específicas, en un plan nacional e internacional. Trata de entender mejor cómo es cada paciente de forma individual para tratar sus enfermedades con un tratamiento adecuado. La inteligencia artificial será capaz de agregar todas las fuentes de información que tenemos hoy en día para saber exactamente qué solución es la que a ti te va a funcionar. Esa computación masiva de datos te ofrece respuestas muy precisas para un plan de viaje para ir a Toledo tres días o para un tratamiento específico de un paciente con un cuadro clínico.

¿Cuáles son los grandes asuntos en los que se está investigando en materia sanitaria en la región?

Hay grandes grupos en Neurología; en Envejecimiento también, o en Patologías Digestivas. En Atención Primaria hay investigaciones muy potentes. Todas son patologías que recogen las líneas que marca Europa, en torno a la cronicidad, el envejecimiento, las patologías que cada vez van a ser más frecuentes y que generan un problema de salud. La población cada vez es más vieja y asociado a ese envejecimiento cada vez aparecen más enfermedades. Esto consume recursos y tenemos que saber cómo los gestionamos. Hoy en Castilla-La Mancha hay grupos muy potentes que trabajan en el envejecimiento saludable.

¿Por qué en Castilla-La Mancha la dispersión es una fortaleza?

Porque consigues agregar mayor fuerza al representar distintos intereses de toda una comunidad. Si tienes un instituto en una zona donde vas a competir a nivel comunidad con otros institutos, los recursos son limitados y la organización territorial va a hacer que el más pequeño se vea posiblemente lastrado por el que es capaz de absorber más fondos. En Castilla-La Mancha toda una comunidad apuesta por una sola entidad que refleje sus intereses. Aquí esa dispersión, que se puede ver como un elemento debilitador, es una fortaleza, porque representa perfiles muy plurales de investigación, también de representatividad territorial, que te pueden hacer muy competitivo para muchas convocatorias que buscan precisamente la homogeneidad de recursos en un espacio heterogéneo, la representatividad de investigadores con distintos perfiles profesionales o la capacidad de incorporar investigadores de distintas disciplinas.

¿Ha detectado también alguna debilidad?

Tenemos que entender que la investigación es competitiva. Cuando tienes unos recursos limitados, tienes que repartirlos, y no se reparten de forma equitativa, sino que van al que más se lo merece, al que es más competitivo. Es como a la hora de elegir carrera, no entra todo el mundo, sino el que tiene la nota más alta. Siempre va a haber alguien que corra más que tú, por lo que los tiempos y las velocidades las marca la competitividad y tenemos que tener en Idiscam la capacidad de convertirse en ese by-pass que acelere los tiempos que puede marcar la diferencia con otras entidades. Por ejemplo, en la Covid hubo convocatorias con diez días para aplicar. Si tengo que perderlos pidiendo permisos y firmas para presentar una solicitud a la convocatoria, me quedo fuera. Si somos capaces de acelerar los procedimiento seremos más competitivos, y esa una debilidad contra la que tenemos que luchar, ser rápidos en la ejecución de decisiones, y seremos más competitivos.

Gestión, gestión y gestión.

Tiene que ser una gestión muy eficiente con una utilización de recursos responsables, porque trabajamos con dinero público. En el inicio de Idiscam se ha trabajado con el apoyo maravilloso de la Fundación Parapléjicos, donde hay profesionales que han evitado la duplicación de estructuras. Utilizamos esos recursos para ser eficientes. Tenemos que ser eficaces, eficientes, rápidos y sobre todo con uso responsable. Y mi trabajo es coordinarlo para que todo avance al ritmo que toca.

Llama la atención que la mayor parte de los grupos de investigación en Castilla-La Mancha estén relacionados con la Neurociencia.

El Instituto de Investigación Carlos III trabaja con el horizonte de que se vayan especializando las regiones. Puede ser que en un futuro los institutos de investigación estén especializados en distintas temáticas. Eso no es así hoy en día. Puede ser que por circunstancias de apoyo a una temática, o porque aquí en Toledo existe Parapléjicos, se fomente más un línea, en este caso, relacionada con el daño neurológico.

Y vista la evolución de la sociedad, parece que en la región se da importancia a investigaciones sobre el envejecimiento, cáncer o las enfermedades crónicas.

En cualquier instituto de investigación de España estas áreas de trabajo suelen ser las mismas, Oncología, Patología Cardio-Vascular, Cronicidad o Envejecimiento y Atención Primaria. Representan el mayor número de patologías a nivel mundial.

Después de la pandemia, ¿han aumentado los recursos en investigación de Enfermedades Infecciosas?

Las enfermedades infecciosas forman parte del núcleo fundamental de investigación, y hay que incorporar grupos que representen esa pluralidad de patologías. En este caso, se agravan además con el envejecimiento y la cronicidad. Así lo vivimos en la Covid, el riesgo de mortalidad dependía de la situación y la edad del paciente. Conocer cómo va a afectar una infección dependiendo del perfil del paciente será clave.

Nosotros actualmente quizás tendríamos que fomentar el desarrollo de investigación en enfermedades infecciosas. Pero en la susceptibilidad de la infección dependiendo de la edad sí que hay un trabajo en torno al envejecimiento saludable, con potentes proyectos con alianzas nacionales e internacionales. Estamos estudiando las características que te hacen longevo a una avanzada edad, sobre todo envejecimiento saludable.

¿Nos podría destacar alguna de las investigaciones que se están desarrollando en Parapléjicos?

Aquí hay grupos de daño neurológico, de reparación de la lesión medular y grupos muy potentes de lesión vascular. Se están incorporando líneas que tienen un potencial muy interesante no solo como investigación básica, sino a nivel traslacional, de generación de valor empresarial. En Parapléjicos hay iniciativas que tienen mucho valor traslacional a la empresa. Porque quien trabaja en un laboratorio lo hace para responder a la necesidad de un paciente, pero con la idea de que eso llegue al beneficio común. En eso se está invirtiendo a nivel local de una forma muy potente, aunque siga habiendo puntos de mejora.

En lesión medular se están probando algunas iniciativas en modelos animales y algunas tienen resultados muy positivos. Aunque hay que ser muy cauto, los tiempos son lentos porque hasta que las pruebas de laboratorio llegan al paciente tienen que pasar por distintas fases y demostrarse en modelos celulares, animales y humanos.

Y de todas las líneas prometedoras que a veces contamos en los medios, ¿cuántas llegan en realidad a ser una realidad?

Es un porcentaje bastante más bajo de lo que la gente piensa. Hay que ser responsable de cómo se comunican estas informaciones. Porque se transmite a los pacientes que están esperando una solución a su enfermedad una esperanza que a veces está infundada y eso es peligros. Porque al final la gente confía en el científico y en la ciencia. Así que hay que transmitirle ese mensaje de esperanza, pero sólido y coherente.

¿Qué puede significar para Idiscam una acreditación por parte del Instituto de la Salud Carlos III?

A mí me interesan más los intangibles que los tangibles. En cuanto las cosas concretas hay convocatorias de financiación pública, como el Fortalece, en el que cada uno de los centros beneficiados adquiere más o menos 2,5 millones. No puedes participar si no eres acreditado. Es decir, ser acreditado te abre puertas que tienes cerradas para solicitar financiación. Pero hay también un montón de beneficios a nivel de intangibles. Que esté acreditado un instituto de investigación significa que está haciendo las cosas de manera excelente. Ser excelente en investigación te va a traer personal asistencial mucho mejor formado, que incorpora en su trabajo la investigación, lo que significa que al paciente lo va a atender mucho mejor. A un paciente implicado en un estudio clínico lo van a hacer un seguimiento mucho más personalizado. Vas a conseguir también aumentar la calidad de tu docencia, porque para hacerla vas a tener personal asistencial, también universitario, mucho mejor formado, lo que va a repercutir también en los universitarios de la UCLM. La capacidad de captar talento se multiplica exponencialmente con un instituto de excelencia acreditado.

¿Cómo están trabajando para conseguirlo?

A múltiples niveles y muy estrechamente con el Carlos III. Hay unas guías que indican el camino a seguir. Ahora tenemos que hacer una evaluación sobre lo que cumplimos y trabajar en lo que no cumplimos, para que seamos capaces de presentarnos con garantías para recibir ese reconocimiento. Es un reconocimiento que evidentemente tiene que llegar, porque se da la circunstancia extraordinaria de que Castilla-La Mancha es de las dos o tres comunidades sin ningún instituto acreditado. Y es una comunidad muy amplia con un número mayor de provincias. Al final la unión de fuerzas te hace merecedor de esa excelencia.

¿Cómo busca Idiscam más fondos?

Al final lo más complicados son los inicios, y aquí lo que hay que reconocer públicamente a todos los patronos de Idiscam es esa voluntad de empezar y apoyar el proyecto. Ahora estamos en una segunda fase, hemos germinado el trabajo que hizo Vicenç Martínez y ahora le toca crecer y florecer. Esto va acompañado de un incremento de recursos económicos, sin lugar a dudas. Porque cuando quieres ambicionar nuevos objetivos, siempre va asociado a un aporte económico. Este puede llegar aumentando la dotación de los patronos o con financiación externa, que se consigue fundamentalmente por tres vías, la adjudicación de proyectos de competitividad pública; la solicitud de patronos empresariales, en la que hay que trabajar urgentemente, porque hay multitud de empresas en Castilla-La Mancha que tendrían que apostar por la investigación de Idiscam; y con otras entidades públicas, como la Diputación.

Con buena parte de vuestro presupuesto liberáis de asistencia sanitaria a importantes investigadores. ¿Cuál es el objetivo?

Una de las grandes dificultades que tiene el personal sanitario es encontrar tiempo para desarrollar su actividad científica. Hay que ayudarle y liberarle para que pueda hacer esa investigación. Por eso priorizamos los mejores candidatos para potenciar su tiempo. Es una acción que se hace a nivel local, pero lo hace también el Carlos III. Esa identificación es muy eficiente. 

Será una ayuda para luchar contra la fuga de cerebros.

Lo primero es trabajar para que nuestros científicos no se vayan. No tiene sentido dejar marchar el talento local. Al final, la acreditación, la excelencia de un centro, atrae talento, porque la gente quiere jugar en los mejores campos de fútbol. 

Porque, ¿cuál es hoy la realidad del investigador?

Es mucho más positiva que hace un tiempo. Los investigadores estamos acostumbrados a quejarnos en exceso. No digo que no llevemos razón, porque venimos de una disposición de recursos muy baja, donde tienes que buscarte tus propios recursos para trabajar, si no consigues financiación, no puedes trabajar. Esta financiación a nivel nacional está creciendo, es evidente. Aunque también es mejorable, en algunos números estamos muy lejos de otros referentes, pero estamos creciendo un número más positivo de lo que hemos sufrido. En la crisis de 2008 hubo una gran recesión brutal en inversión científica y creo que eso es un gran error, un país que no invierte en investigación realmente está abocado a la ruina, solo generas valor cuando tú eres el que innovas en ese valor. Si tienes un retroceso y dejas de investigar, acusas aún más ese retroceso. Hay países que en un entorno de recesión aumentan su dotación en investigación para generar un retorno económico.

Habrá mejorado mucho la financiación de la investigación, pero sobre todo ha mejorado mucho su imagen en España. 

En general, la investigación por sí misma es uno de los valores mejor reconocidos por la ciudadanía y más admirados, especialmente después de la que pasamos en la época de la Covid, en la que se vio lo importante que era una respuesta científica. Este es el elemento más importante. El reconocimiento que da el ciudadano al científico creo que es único y nuestro gobiernos tienen que ser permeables y responder a esas medidas. Si tu ciudadanía está valorando casi por encima de cualquier cosa la importancia de la ciencia, eso tiene que trasladarse a la inversión de recursos.