Miguel Romero

CATHEDRA LIBRE

Miguel Romero


Búlgaro

09/10/2023

Cuando lees el término 'búlgaro' rápidamente lo relacionas con Bulgaria, país del este de Europa, vinculado durante mucho tiempo a la zona de influencia estalinista, colaborador que fuera de Hitler durante la Segunda Guerra Mundial y ahora, país de la Unión Europea.
Y la verdad, es que a pesar de todos estos condicionantes, el país ofrece un presente esperanzador basado en el desarrollo cultural y especialmente, en el turismo, sin olvidar que el esfuerzo de todos y cada uno de sus habitantes, deberá ser máximo para poder conseguir estar a la altura que esa incorporación merece.
La periodista búlgara afincada en Escocia,  Kassaboba, se ha dedicado a condensar una serie de historias sobre Bulgaria del Sur, esencialmente sobre la Tracia –comarca histórica- que se extiende por cuatro países europeos, adentrándose en la vida de un ramillete de personajes. Su lectura es intensa y divertida, casi tanto como la que Claudio Magris hizo en su memorable obra El Danubio. Curiosamente, hemos estado un grupo de amigos, hace escasos días en este lugar. Nos hemos dado cuenta que la palabra comarca no serviría para hablar de la Tracia como tal, ya que es uno de los corredores históricos culturales más ponentes del planeta. Bulgaria tiene los Balcanes al norte y los Ródope al sur. Es la Europa más desconocida, tan así que hasta entrado el siglo XIX los geógrafos no se ponían de acuerdo donde empezaban los Balcanes y donde terminaban. Su cocina es abundante y sabrosa; su fruta intensa, sus productos hortícolas generosos –especialmente el tomate y el pimiento- y su bebida, fuerte como la Rakia.
Los búlgaros han tenido que sufrir el dominio de todos los grandes pueblos de la historia europea. El Imperio austrohúngaro; el Imperio otomano; el III Reinch y el Imperio estalinista. Ahora, Rusia ha procurado aprovechar su vinculación comunista, aunque afortunadamente, la Unión Europea ha sido su escape hacia el futuro.
Hablar de Bulgaria sería hablar de Alejandro Magno y su Helenismo; de Teodosio el emperador romano hispano que fortaleció las fronteras con Oriente; sería hablar de Espartaco, el mítico gladiador tracio que retó al Imperio de Roma; de Atila rey de los hunos o sería hablar de Alexander I como su príncipe. Pero también, sería hablar en tiempos modernos de Rafa, Miguel, Carlos, Fernando y un servidor, por querer conocer y aprender de sus ricos valores.
Su idioma es difícil, muy difícil, pero  su gente es acogedora. Recordábamos la anécdota que hace alusión, a esa búsqueda del espíritu inquieto, cuando un viajero latino le informa a otro que va a iniciar el viaje: «Sabes, cuando fuimos a Bulgaria, esperábamos que nos enseñarán el búlgaro y resulta que el búlgaro era un idioma».