«Los ayuntamientos próximos a Oropesa cuentan con mis toros»

J. Cancho / Carlos M. Santoyo
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Después de la gran temporada realizada en 2023, pese a quedar fuera de Madrid siendo uno de los toreros que más orejas ha cortado allí, Morenito de Aranda deja abierta una puerta a la esperanza para este 2024

Morenito de Aranda es matador de toros y ganadero de Toros de Castilla, hierro que pasta en una finca de Oropesa. - Foto: Sara Munisguren

Una temporada sorprendente esta última, y más si tenemos en cuenta que se quedaba fuera de Madrid, pese a ser uno de los matadores que más orejas ha cortado allí.

Así es. Quedarme fuera de Las Ventas fue un jarro de agua fría, pues ha sido siempre mi plaza, donde más he toreado y en la que he podido cuajar muchos toros. Mi apoderado no entiende que no cuenten conmigo, pese a tener una de las mejores estadísticas en Madrid. Por eso, quedarme fuera fue muy doloroso.

Un 2023 en el que volvía a nacer tras el grave percance que sufrió en Vic- Fezensac.

Fue un día muy complicado, un trance de torero que no cambio por nada y que se produjo por apostar fuerte, al ponerme a porta gayola en una plaza muy complicada para esta suerte, pero en la que quería reivindicarme. En mi carrera he sufrido cuatro cornadas, dos graves y esta fue una de ellas, pero seguiré apostando fuerte cuando crea que tengo que entregarme en cuerpo y alma. 

Francia volvió a contar con usted y gracias a las actuaciones destacadas se abrió hueco en plazas importantes de España, aunque menos de las esperadas.

Estoy muy agradecido a Francia porque está siendo estos últimos años mi campo de visibilidad, y donde estoy encontrando el respeto, el cariño y la admiración, lo cual me llena de orgullo pues muchos toreros, gracias a aquellas tierras, se han podido consolidar luego en la profesión. 

Lo de Madrid, incomprensible, sobre todo después de cómo se jugó la vida en Las Ventas con los de Samuel Flores en 2022.

Esa fue mi última actuación allí, una corrida de toros muy seria en la que, pese a no conseguir el triunfo, estuve a un nivel importante. Una tarde importante. Por eso, no estar al año siguiente fue una decepción grande y hasta me atrevería a decir que una frustración, pues allí he logrado cosas muy importantes.

Lo de medirse a ganaderías duras es una constante en estos últimos años, encastes a contraestilo si tenemos en cuenta su tauromaquia.

El toreo es así. El torero es el hombre y sus circunstancias y hay caminos y momentos en los que escoger, y yo decidí no dar la batalla por perdida y seguir esta senda. Así que vamos a darle tiempo. Si algo he aprendido estos años es que al toro hay que darle el respeto que se merece en esta profesión y que no es otro nivel que el máximo.

Durante los últimos años, Jean Françoise Piles le ha venido ayudando, si bien a partir de este temporada ya como apoderado.

Durante estos últimos años hemos estado juntos, hemos mantenido muchas conversaciones y me ha acompañado muchas tardes, pero ahora hemos decidido por parte de los dos que fuera una relación más profesional y me encuentro muy contento por ello, dado que me aporta tranquilidad. 

Tras la cornada en Vic-Fezensac reaparecía de forma triunfal en Air-Sur L'adour y la temporada cogía vuelo.

Me ofrecieron la posibilidad de reaparecer allí en un tiempo récord. Nada más y nada menos que a los 20 días del percance de Vic. Y no me lo pensé. Conseguí salir de nuevo a hombros después de volver a ponerme delante de la puerta de chiqueros y de cuajar a los dos toros que me tocaron en suerte. Pude torearlos como yo siento el toreo, con suavidad y ritmo. Aquello me dio mucha moral para afrontar el resto de la temporada. 

La segunda parte del año, extraordinaria desde Teruel a Roa, sin olvidar Sacedón, Majadahonda, etc... 

Tardes todas ellas llenas de buen toreo en las que disfruté mucho, desde Teruel a Majadahonda -la última de la temporada- fueron corridas importantes para mí. Y entre medias Roa, la tierra de la que era natural mi padre, en cuya plaza he brillado los dos últimos años a un grandísimo nivel y en la que he sido capaz de crear un ambiente muy bonito, tanto en 2022 como en 2023. Ojalá que la cosa siga así mucho tiempo. 

¿2024 cómo se presenta? La Copa Chenel no sería un mal escaparate.

Empezaré la temporada en Villaseca de la Sagra con las cámaras de televisión; además estaré en la corrida del Club Tres Puyazos que me ilusiona mucho, y también tenemos cerradas cuatro o cinco tardes en ferias francesas. Creo que estas citas pueden servir de punto de inflexión para mi carrera. En cuanto a la Copa Chenel, no me veo, creo que está concebida para toreros menos conocidos y esa etapa, para bien o para mal, yo ya la he pasado. 

¿Y Madrid?

Es posible que este año vuelva a quedarme fuera de San Isidro. Muchos aficionados hablan de injusticia, pero tendré que explicarlo de la mejor manera que sé, que no es otra que delante de la cara del toro y haciéndome valer.

¿Cómo va la faceta de ganadero, con cuántas cabezas cuenta y dónde puede lidiar este año?

Tengo muchas, entre ellas cien vacas de vientre, con lo que conlleva eso. Da mucho trabajo, es verdad, pero poseo un sitio muy bonito para vender y todos los ayuntamientos próximos a la finca cuentan conmigo, lo cual es de agradecer.

¿Resulta difícil mantener la ilusión cuando uno es merecedor de otro trato?

No es fácil, pero si se consigue es a base de tener esa vocación de seguir queriendo ser torero. Es la única forma de mantener esa ilusión ante tantas decepciones.

Por último, del nuevo ministro de Cultura, Ernest Urtasun, casi, casi mejor no hablar...

Muy mal asunto para la tauromaquia y para todos los aficionados. Lo único que espero es que reine siempre la cordura y que se acuerde de que el toreo, le guste más o menos, es cultura también.