Antonio Rüdiger, central del Real Madrid que se ha convertido en un referente para Carlo Ancelotti ante las ausencias por lesión de Èder Militao y David Alaba, ha pasado a ser una preocupación en la despoblada defensa merengue, tras recibir su cuarta amarilla ante Osasuna y jugar frente al Sevilla con la amenaza de suspensión en el clásico.
Para entonces ya habrá vuelto Alaba y el combinado de Chamartín persigue con su recurso que la sanción a Nacho Fernández, por su dura entrada en Gerona a Portu, se haya reducido de tres a dos encuentros. Pero, a día de hoy, Rüdiger es el único de los cuatro centrales de la primera plantilla que está disponible para Ancelotti.
Frente a Osasuna improvisó el técnico italiano con buen resultado. Nunca había jugado en el eje de la zaga Aurélien Tchouaméni y cumplió. Demostró buenas actitudes defensivas, firme en sus tareas y sacando, con acierto pese al riesgo, un balón dentro de su área a Rubén Peña en un ataque del cuadro 'rojillo', dando además buena salida de balón desde atrás al juego del Madrid.
Pese a ello, el preparador transalpino reconoció tras el encuentro que a Tchouaméni no le gusta jugar en esa posición. «Ya tenemos otro tema de debate en los próximos días. Tchouaméni de central como Camavinga de lateral izquierdo», bromeó Ancelotti, adelantándose a un tema del que hablar en el parón por los partidos internacionales.
Se espera el regreso de Alaba recuperado de su lesión muscular para la cita en el Ramón Sánchez-Pizjuan del 21 de octubre, compromiso para que el que seguirá sancionado Nacho y lesionado Militao. La grave lesión de rodilla del central brasileño en la primera jornada de LaLiga, en San Mamés, no provocó la petición de un refuerzo para el centro de la zaga del entrenador italiano. Se decidió correr el riesgo y las dolencias, sumadas a una sanción, han dejado a la escuadra merengue en una posición de riesgo de cara al clásico.
«No lo he hablado con él. Tampoco voy a decir a un jugador que piense que está a una amarilla de la suspensión. Cuando esté suspendido ponemos a otro. Tenemos muchos centrales», ironizó el italiano.
Una acción evitable de Rüdiger sobre Torró, cuando sacó el codo en la pugna por un balón a los 40 minutos del enfrentamiento, dejó al alemán con cuatro amonestaciones y un riesgo que correr en Sevilla. Las tres amarillas anteriores las había visto siempre en tiempos añadidos. En el minuto 95 frente al Girona, en el 93 contra el Celta y cuando pasaban tres del 45 frente al Getafe. Aspectos que deberá pulir en el regreso a la competición con su club, si no quiere perderse el clásico del Camp Nou el 28 de octubre.
Por que, tras los contratiempos que ha experimentado el bloque de Chamartín en las últimas semanas, el germano se ha convertido en una pieza esencial en el eje de la zaga. El año pasado fue el 'tercer' central de la plantilla, por detrás de Alaba y Militao. Sin embargo, en esta 23/24 es titularísimo.