Se buscan donantes de sangre por la esclerosis múltiple

Galán
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El investigador Diego Clemente y su equipo del Hospital Nacional de Parapléjicos pretenden comparar el sistema inmunitario de sus pacientes con población de su mismo perfil. Se buscan donantes, especialmente mujeres

El investigador Diego Clemente junto al resto de su equipo. - Foto: Carlos Monroy

La esclerosis múltiple es una enfermedad neurodegenerativa «altamente impredecible y muy variable entre las personas». Así la define Diego Clemente, doctor e investigador del Hospital Nacional de Parapléjicos, que actualmente está trabajando en un proyecto que ofrezca mayores pistas sobre cómo afectará la enfermedad a cada paciente en los inicios de la misma. Para ello, necesitan encontrar biomarcadores mediante la donación de sangre de población sin esclerosis múltiple que puedan ser comparados con los análisis de sus pacientes.

Para contextualizarlo, Diego Clemente explica que suele haber dos perfiles de pacientes de esclerosis múltiple, «el que lo sufre de una manera muy agresiva y el que lo recibe de una manera más benigna, quizás con un ataque más duro al principio pero estable en el largo plazo». Para ambos tipos «hay una veintena de tratamientos», con moderada eficacia y menores efectos secundarios en algunos casos y en otros con más eficacia y, en consecuencia, con efectos más agresivos.

Dicho esto, es ahí donde reside uno de los objetivos de este proyecto, el de encontrar detalles en la sangre, a través de las células inmunitarias, «para poder predecir cómo será el futuro de una determinada enfermedad». Lo que deja entrever que es importante para la investigación y para el futuro tratamiento de la enfermedad averiguar cuál es el grado de agresividad de la misma desde el inicio.

Para poder conseguirlo, el equipo de Diego Clemente está acotando una muestra a cerca de medio centenar de voluntarios que donen sangre para los dos tipos de pacientes, es decir, un total de 100. Aunque los voluntarios no deben tener la enfermedad, sí que deben reunir características similares a las de los pacientes. Esto quiere decir que para poder comparar los biomarcadores obtenidos en el análisis de sangre, la población voluntaria debe tener la misma edad que el sujeto a comparar. Por ejemplo, podría decirse que han buscado pacientes masculinos cercanos a los 30 años para comparar su sangre con la de pacientes de esta edad que tengan un desarrollo más agresivo de la enfermedad.

En cambio, el perfil de los que sufren la esclerosis múltiple de una manera más benigna suele ser de mayor edad, porque «o bien ya han superado los efectos o pueden convivir con ellos». Y es en este tramo de edad, en el que el equipo investigador está encontrando más dificultades, porque busca voluntarios que sean mujeres de entre 65 y 78 años. También sería conveniente que éstas no hayan padecido cáncer u otras enfermedades autoinmunes.

Una vez que se consigan los voluntarios necesarios, la investigación buscará encontrar luz sobre los dos tipos de pacientes. Sobre los que la sufren de una manera más agresiva, Clemente espera poder analizar las alteraciones que presenta su sistema inmunitario, que comparados con los casos sin la enfermedad, les permita observar las diferencias suficientes para detectarlas en los pacientes a los que se les acabe de diagnosticar la misma. En el caso de los enfermos con menor agresividad, se busca más o menos lo mismo, en la línea de orientar al neurólogo para elegir el tratamiento que más se ajuste al afectado, pero como estos casos han sufrido menos o lo han hecho de manera puntual se busca ver si «el sistema inmunitario presenta algún tipo de envejecimiento y de ser así si es mucho mayor que el de la población de su edad sin la enfermedad».

Diego Clemente afirma con certeza que en los pacientes de mayor agresividad van a apreciar alteraciones en comparación con la población normal sin ninguna duda, pero igualmente cree que servirá para ver si ayudan a detectar lo antes posible la enfermedad. Sobre los otros pacientes dice que desconoce «qué diferencias vamos a encontrar y si vamos a hallar alguna», por lo que procederán a «comparar el número de células, cantidad, porcentaje de las mismas dependiendo de la tipología, así como su envejecimiento».

Los objetivos, por tanto, del proyecto consisten en avanzar en la «medicina personalizada», lo que sería acertar en el diagnóstico o tratamiento más adecuado para cada paciente, y en la búsqueda de detalles sobre el envejecimiento que sufre el sistema inmunitario de los afectados por la esclerosis múltiple.