La Semana del Orgullo en Toledo ha estado marcada indiscutiblemente por la ausencia de la bandera LGTBI en el Ayuntamiento. Sin embargo, el día de ayer acogió un punto de encuentro entre miembros de la asociación Bolo Bolo Castilla-La Mancha y el nuevo equipo de gobierno. Por medio de una charla dirigida a la integridad de las familias diversas, la concejala de Asuntos Sociales, Inclusión, Familia y Mayores, Soledad Illescas, asistió a la cita para escuchar los testimonios de los presentes y debatir sobre los puntos que alejaban unas y otras posturas.
Pese a que en algunos momentos se pudo percibir tensión por planteamientos opuestos, ante todo reinó la cordialidad. Y es que inicialmente, la cita acogió el testimonio de Maribel Blanco, representante de la Fundación Triángulo y activista de la región. Desde su punto de vista personal, casada con otra mujer y madre por inseminación artificial, defendió la evolución que han desarrollado en los últimos años los colectivos a los que representa.
De ahí que dirigiera su discurso hacia un enfoque político, criticado que el momento actual con el auge de la ultraderecha entrando en gobiernos es de «un retroceso bestial». Y Blanco mostró abiertamente su temor a que «los cambios políticos traigan de nuevo la regresión, la vejación y la demonización para el colectivo en la sociedad y, sobre todo, en los colgios».
Su compañera, Ana Hernández, asistió como madre de una persona Trans y como representante del colectivo regional. Pese a que evitó el discurso político y sí revelar los problemas que le ha tocado vivir durante años con su hijo, terminó su intervención apelando a «votar con conciencia».
A raíz de estos mensajes, la representante del nuevo gobierno local, Soledad Illescas, respondió que no estaba de acuerdo con todo lo escuchado. En primer lugar reconoció haberse emocionado con las vivencias reveladas por Ana Hernández, pero señaló que las ponentes de ayer tenían «un mensaje catastrofista», porque a su juicio «esto ya no es como antes, las cosas han cambiado y todo el mundo ve normal que cada persona sea como se siente».
Unas palabras que inicialmente no sentaron bien a Maribel Blanco, quien le recordó que su líder nacional, Alberto Núñez Feijóo, pretende derogar la ley Trans y que fue el Partido Popular quien llevó al Tribunal Constitucional la antigua ley del Matrimonio Homosexual.
Illescas se defendió apuntando que la normativa de la ley aprobada por el Ejecutivo central actual «es compleja», pero tampoco recogió el consenso de los presentes, que acabaron elogiando otra ley, la de Diversidad Sexual de la Junta regional como «la mejor del país».
Pese a las discrepancias, el tono se relajó y pudieron terminar la velada en busca de un mismo objetivo, el avance y la integración social.