La Agrupación Española de Entidades Aseguradoras de los Seguros Agrarios Combinados (Agroseguro) ha hecho una previsión de indemnizaciones de 907,32 millones de euros por siniestros en el campo en la primera mitad del año, que afectan a casi tres millones de hectáreas.
Los cultivos más afectados son herbáceos, frutales, uva de vinificación, hortalizas, cítricos, ajo, cereza, almendra, tabaco y caqui, con un total de 791,35 millones de euros, según el último informe de siniestralidad consultado por EFE.
Por sectores, el sector agrícola es el que tiene una mayor previsión de indemnizaciones (809,81 millones y 136.161 siniestros), seguido por los 51,11 millones previstos para sufragar la retirada y destrucción de animales de granja en 813.987 siniestros y 46,6 millones reservados para 56.556 siniestros en la línea de ganadería (accidentes, enfermedad y pastos) y acuicultura.
El informe detalla que en enero se produjeron algunas inclemencias meteorológicas que afectaron a cultivos de producción invernal aunque no fueron de gran magnitud, mientras que en febrero y marzo destacó la afección de heladas a cítricos, frutales y hortalizas, y se comenzó ya a percibir que la ausencia prolongada de lluvias en Andalucía, Cataluña y Extremadura colocaba a los cultivos de cereales y leguminosas en una situación crítica.
En abril, aparte de daños por heladas en diferentes zonas del país, destacó el hecho de que en Castilla y León, comunidad cuya superficie cultivada de cereales y leguminosas se aproxima a los dos millones de hectáreas, la situación tampoco era halagüeña y los síntomas de sequía también eran patentes en miles de hectáreas de cultivo.
En el mes de mayo, las lluvias hicieron su aparición y, aunque fueron beneficiosas para los cultivos herbáceos extensivos, muchos otros que se encontraban en fases vegetativas de maduración y próximos a su recolección sufrieron el impacto de esta situación, que fue "muy perjudicial" para ellos, según Agroseguro.
Las lluvias de mayo, en ocasiones torrenciales y acompañadas de pedrisco, causaron además daños en hortalizas de Castilla-La Mancha, Comunidad Valenciana, Andalucía y Región de Murcia.
Junio se caracterizó por una gran actividad tormentosa en la que abundaron las lluvias, a veces torrenciales y en numerosas ocasiones acompañadas de pedrisco e inundaciones, que afectaron a numerosos cultivos, tanto herbáceos como leñosos, principalmente en la mitad norte y en el este peninsular.
En julio siguieron produciéndose tormentas que descargaron pedriscos y aguaceros en varias comunidades autónomas que afectaron a herbáceos extensivos, uva de vinificación, frutales, cítricos y hortalizas.
Por otra parte, en julio continuaron declarándose siniestros por sequía en cereales y leguminosas, mayoritariamente en Castilla y León, así como en el girasol de Andalucía.