La afición se lleva una gran alegría

L. T.
-

El Baloncesto Talavera se reencuentra con el triunfo en el pabellón Primero de Mayo (71-66)

Carlos Poyatos, en una acción de este partido, anotó 15 puntos. - Foto: Baloncesto Talavera

Quería dar el Tecnocasa Talavera una alegría a su afición del Primero de Mayo y lo logró, consiguiendo poner punto y final a una dinámica negativa de tres derrotas consecutivas como local en el Polideportivo 'Primero de Mayo'.

Rompió su maleficio en casa de los últimos meses el conjunto dirigido por José Rey ante un CB La Matanza al que minimizó en su poderío anotador y al que le dejó en poco más de la mitad de los puntos que iba obtener en la cita disputada en la primera vuelta en tierras canarias.

La de esta jornada fue bien distinta porque Talavera salió dispuesto a jugar a baja anotación, a no alocar el encuentro como el de entonces, y que desde la primera canasta, una de tres de Wellingthon Díaz, iba a llevar en todo momento el peso del resultado a su favor, una barrera psicológica que siempre ayuda.

Cierto es que el choque iba con cierta intermitencia y aprovechando los locales su acierto, esta vez sí, desde el triple con un 5/11 y sintiéndose los visitantes más cómodos en la pintura. Fran Garrido, que ya apuntaba maneras para ser uno de los protagonistas de la cita, despedía el periodo con una de tres para un 25-19 con el que se daba carpetazo a los diez primeros minutos.

Los diez siguientes disminuyeron en la puntuación, especialmente para un conjunto visitante que estuvo cinco minutos sin ver aro, lo que permitió a los azules coger un colchón que se iba a los 12 de distancia (31-19). Cierto es que los cerámicos se estancarían desde el triple bajando a un 25 por ciento su porcentaje de acierto, pero eso lo suplían en la pintura dominando claramente bajo el aro y para muestra los nueve rebotes ofensivos de más (43-30).

A la vuelta de vestuarios había miedo de volver a caer en el bache de la pasada semana en Tacoronte, pero los cerámicos no dejaron que esa historia se volviera a repetir, al menos de momento. Los puntos de Wellingthon Díaz y Carlos Poyatos ayudaron ante un oponente que le metía una marcha más al encuentro comenzando a crecer gracias a su mejora en el rebote y al aprovecharse de las pérdidas de su oponente. Eso sí, los lanzamientos de tres se le seguían atragantando (0/12) optando a seguir haciendo daño por el interior (60-45).

Quince arriba para afrontar diez minutos finales en los que, lo que parecía hecho, se esfumó de un plumazo dilapidando esa renta el conjunto de la Ciudad de la Cerámica cuando apenas restaban 30 segundos para el final (66-66), teniendo Romén Hernández incluso un tiro libre para adelantar a su equipo por primera vez en todo el encuentro.

Por suerte lo marró y al partido le quedaban dos posesiones. La suya la jugó con inteligencia y también con sangre fría Talavera. Fran Garrido asumió responsabilidades en la ejecución final, entró valiente hasta la cocina y anotó, sacando además una personal a Ramos que se convirtió en 69-66 a falta de ocho segundos para el cierre.

Tiempo muerto en pista y siembre la duda de hacer falta o dejar de lanzar. Optó José Rey por lo primero, desperdiciando Tato los dos suyos, el segundo de ellos claramente a fallar, pero le salió rana porque Tobías Sandoval enganchaba la bola, cedía a Wellingthon Díaz para la puntilla final, un 71-66 con el que se acabó la cita del Primero de Mayo.