¿Verdadero o falso? El arte del engaño

Agencias-SPC
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España es el segundo país de la UE que más falsificaciones compra por detrás de Bulgaria, siendo la causa principal de la adquisición de imitaciones el alto precio de lo auténtico

¿Verdadero o falso? El arte del engaño

Hay falsificaciones tan bien hechas que hasta los mejores expertos son engañados al considerarlas auténticas. El arte del engaño sigue al alza. Las imitaciones representan una gran amenaza para la innovación, el crecimiento económico, el bienestar social y la salud, tanto en España como la Unión Europea y mundial. El aumento en la proporción de productos falsificados en el comercio global es profundamente preocupante, y claramente exige una acción coordinada, a todos los niveles, para ser abordada.

Entre los motivos que llevan a los consumidores a optar por copias en lugar de originales se tiene en cuenta principalmente el precio, pero también el entorno cercano y la sociedad.

La menor concienciación sobre la importancia de los delitos contra la propiedad industrial, además de la falta de juzgados especializados en la materia y a la necesidad de contar con unos procedimientos más ágiles y eficaces son factores desencadenantes del aumento de cifras de falsificaciones.

Además, en el caso de las nuevas generaciones, el incremento se ha visto agravado debido al aumento exponencial del comercio online. De ahí que el grupo de edad que más adquiere este tipo de productos está entre los de 15 y 24 años, mientras que disminuye en el grupo de 55 a 64 años, siendo aún menor en el de 65 años o más.  

 España es el segundo país de la UE que más productos de imitación compra de forma intencionada, tan solo por detrás de Bulgaria, según el último estudio de la Oficina de Propiedad Intelectual de la UE (EUIPO), publicado recientemente. En concreto, la proporción de consumidores que han comprado conscientemente copias oscila entre el 24 por ciento de Bulgaria. Aunque por encimade la media se sitúan España (20), Irlanda (19), Luxemburgo (19) y Rumanía (18), mientras Finlandia es el de menor porcentaje con un ocho por ciento.

Riesgos

Las consecuencias de adquirir falsificaciones son bastante serias y los propios clientes consideran que hay organizaciones criminales detrás y que destruyen empleos, perjudica a los comercios y empresas de las ciudades, promueve la economía sumergida, arruina a las empresas y destruye empleos, entre otras cosas.

En la misma línea, la mayoría de los encuestados (83 por ciento) también cree que este tipo de compras respalda un comportamiento «poco ético», y lo consideran una «amenaza» para la salud, la seguridad y el medio ambiente.

En lo que respecta a la piratería, el 82 por ciento de los europeos está de acuerdo en que acceder a contenidos digitales a través de fuentes ilegales puede conllevar a estafas o contenidos inadecuados para menores. 

Sin embargo, la investigación también pone de manifiesto que uno de cada tres europeos considera aceptable comprar productos falsificados cuando el precio del original es elevado. 

Asimismo, el riesgo de experiencias negativas (productos de mala calidad, riesgos de seguridad y sanciones) también es un factor clave para que los consumidores dejen de comprar falsificaciones.

Por otra parte, la incertidumbre respecto a la autenticidad también va en aumento.